Bruselas

El Gobierno estadounidense está cada vez más frustrado con la negligencia y los fallos de la Unión Europea a la hora de combatir la amenaza del terrorismo yihadista. Tanto en el plano militar, como en el trabajo de los servicios de inteligencia. El secretario de Estado norteamericano, John Kerry, lo ha expresado con palabras amables durante su visita relámpago a Bruselas para mostrar su solidaridad con las víctimas de los ataques del 22 de marzo. “Hay margen para una mayor coordinación”, ha dicho.

El secretario de Estado se ha cuidado mucho de criticar directamente a la Unión Europea o a Bélgica. El actual Gobierno de Charles Michel, que sólo lleva en el poder un año, está actuando con contundencia, ha dicho. Pero su oferta de ayuda para esclarecer los ataques contra el aeropuerto y el metro deja clara la desconfianza de Estados Unidos en la capacidad de los europeos para desarticular por si mismos las redes terroristas.

Washington “proporcionará toda la asistencia que sea necesaria para investigar estos horribles actos de terrorismo y llevar a los responsables ante la justicia”, ha asegurado Kerry. Entre los muertos en Bruselas hay al menos dos ciudadanos estadounidenses.

 

El secretario de Estado se ha reunido también con el presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, para abordar cómo se puede mejorar la coordinación entre la UE y EEUU en la lucha contra el terrorismo yihadista. Para Kerry, el Estado Islámico ha aumentado su actividad en Europa porque pierde terreno en Oriente Próximo. El Pentágono acaba de anunciar que ha matado a Abd al Rahman Mustafa al Qadul, uno de los líderes del grupo terrorista en Siria. 

"El motivo por el que Daesh está recurriendo a acciones fuera de Oriente Próximo es porque su fantasía de un califato se está hundiendo ante sus ojos", ha dicho Kerry. "Su territorio encoge cada día, sus líderes están siendo diezmados, sus fuentes de ingresos son cada vez mejores y sus combatientes están huyendo", añade.

Bélgica admite que necesita mejorar

 

La presión sutil de Estados Unidos ha empezado a surtir efecto, al menos en Bélgica. “Necesitamos mejorar la lucha contra el terrorismo en Europa y en Bélgica”, ha admitido el primer ministro belga en la breve comparecencia junto a Kerry. Michel ha anunciado que enviará cazas F-16 a bombardear al Estado Islámico en Irak y que probablemente extenderá la misión a Siria. La decisión ya estaba prevista, pero los ataques de Bruselas parecen haberla acelerado.

 

Bélgica ya participó en la coalición internacional contra el Estado Islámico, bajo la dirección de Estados Unidos, entre octubre de 2014 y junio de 2015. En total, seis F-16 belgas con 120 militares estaban estacionados en una base aérea en Jordania. Desde allí realizaban bombardeos sobre posiciones yihadistas en Irak. Pero la misión se interrumpió porque se acabó el presupuesto.

 

Las quejas de EEUU sobre Bélgica y la UE

 

El propio Obama se ha quejado públicamente de los europeos por reclamar la intervención militar de Estados Unidos cada vez que hay una crisis y luego inhibirse y no aportar una contribución suficiente. En la reciente entrevista en The Atlantic para explicar su doctrina exterior, el presidente norteamericano tacha a los europeos de “oportunistas” (free riders, en inglés). Pone como ejemplo la campaña de bombardeos en Libia en 2011 para tumbar el régimen de Muamar el Gadafi, promovida por Francia y Reino Unido, a los que acusa de desentenderse después de la situación en el país. “Tenía más fe en que los europeos, dada la proximidad de Libia, invertirían en el seguimiento”, explica Obama.

 

A las críticas de Obama se ha sumado este viernes Michael Hayden, director de la CIA entre 2006 y 2009. En una entrevista a la BBC, Hayden ha arremetido contra los problemas de coordinación entre los servicios de seguridad de los países comunitarios. “La Unión Europea no es una contribuyente natural a la seguridad nacional de cada estado. De hecho, en cierto modo interfiere en la forma en la que el estado garantiza la seguridad de sus propios ciudadanos”, ha declarado.

 

Los estándares de calidad de los servicios de seguridad de los europeos son “muy desiguales”, a juicio de Hayden. Los de Francia y Reino Unido son “muy buenos”; los de los países nórdicos “buenos, pero más pequeños”; y los del resto simplemente “pequeños”. En particular, los servicios de seguridad de Bélgica son “pequeños, con poco personal y con limitaciones legales”. “Y francamente trabajan para un gobierno que tiene sus propios retos a la hora de actuar”, ha dicho el ex director de la CIA.

 

Poco después de los ataques del 13 de noviembre en París, que se organizaron en Bélgica, un alto funcionario especializado en lucha antiterrorista que estaba de viaje en Europa pidió visitar Bruselas para conocer más detalles de la investigación. Pero los belgas le dijeron que era un mal momento para hablar con él porque estaban demasiado ocupados con las pesquisas, según han relatado fuentes estadounidenses a la agencia Reuters.

 

Se agrava la crisis política en Bélgica

 

Los fallos de las fuerzas de seguridad belgas en los meses previos a los atentados de Bruselas han obligado este viernes a varios ministros a dar explicaciones ante el parlamento. Entre ellos, los responsables de Interior y de Justicia, que presentaron esta semana su dimisión al primer ministro. Michel no se la aceptó por la situación de emergencia que vive el país tras los ataques en el metro y el aeropuerto.

 

“Una persona relevante de la policía no ha actuado correctamente. Por eso presenté mi dimisión”, ha dicho el ministro de Interior, Jan Jambon, al Parlamento. Bélgica ignoró el aviso que le enviaron las autoridades turcas sobre la peligrosidad de Brahim El Bakraui, que había sido detenido por Ankara cuando pretendía entrar en Siria. Finalmente, El Bakraui fue deportado a Holanda y siguió en libertad hasta inmolarse en el aeropuerto de Zaventem.

 

Además, este viernes se ha sabido que la policía de la localidad de Mechelen, cerca de Bruselas, tenía información sobre el posible paradero de Salah Abdeslam, el terrorista de París detenido el 18 de marzo tras cuatro meses de huida. Pero no la transmitió a tiempo a las fuerza antiterroristas, según publica la prensa belga. Abdeslam sólo fue interrogado durante una hora tras su arresto y se ha negado a colaborar con los investigadores desde los ataques contra Bruselas.

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