María Torrens Tillack Fotos: Reuters
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    Los migrantes son trasladados en autobús a un barco de bandera turca en la isla griega de Lesbos en al amanecer del 4 de abril.

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    Algunos de los solicitantes de asilo llevan máscaras. Todos los que alcanzan a ver los objetivos de las cámaras son hombres.

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    Uno de ellos trata de mostrar un documento a las cámaras desde el autobús que le traslada al puerto.

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    Los deportados llegan al barco de bandera turca que les llevará de vuelta al otro lado del mar Egeo.

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    Agentes de Frontex, la agencia europea de fronteras, escolta a los refugiados al barco que les devolverá a Turquía.

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    Algunos activistas se movilizan para pedir que se "paren las deportaciones" y se "abran las fronteras".

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    Acnur, la agencia de la ONU para los refugiados, ha denunciado las "persistentes y serias lagunas" en el acuerdo UE-Turquía. Denuncia que "numerosos sistemas de acogida y atención" a los demandantes de asilo no funcionan.

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    Hay unos 51.000 refugiados e inmigrantes en Grecia, de los cuales 5.000 se encuentran en las islas y 46.000 en territorio continental, informa Acnur.

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    Por cada sirio devuelto a Turquía, la UE se ha comprometido a acoger a otro sirio.

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    "Turquía no es seguro" reclama un cartel desplegado por activistas. Amnistía Internacional defiende también esta postura, tras denunciar la devolución de refugiados sirios y afganos a sus correspondientes países.

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    627 personas han fallecido o desaparecido cruzando el mar hacia la UE en lo que va de año, según Acnur. Muchos de quienes realizaron esa peligrosa travesía, hoy comienzan a ser devueltos en barco a Turquía.

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    Un policía turco escolta a uno de los migrantes y refugiados al llegar al puerto de Dikili (Turquía).

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    Las llegadas recientemente se incrementaron el 29 de marzo con 766 personas tras varios días con una media de llegadas de 300 personas diarias frente a las 2.000 que arribaban antes de entrar en vigor el acuerdo UE-Turquía el pasado 18 de marzo.