Perú decide este domingo si entregar de nuevo el poder a los Fujimori.
Keiko Fujimori, hija del expresidente Alberto Fujimori -en prisión por delitos de corrupción y lesa humanidad- es la favorita para tomar el control del país, que celebra elecciones generales.
La candidata del partido Fuerza Popular (FP) lidera en las encuestas con una ventaja de unos 20 puntos sobre su principal rival, después de que la autoridad electoral del país andino descalificara al candidato Julio Guzmán, entonces la mayor amenaza a la aspirante fujimorista, por irregularidades en la inscripción de su campaña.
Si ningún candidato consigue más de la mitad de los sufragios, se celebrará una segunda vuelta en de junio. Los expertos consultados por EL ESPAÑOL coinciden en que Fujimori se impondrá este fin de semana pero que lo más probable es que tenga que realizarse una segunda ronda.
En 2011, Fujimori quedó segunda en la primera ronda de las elecciones por detrás del actual presidente, Ollanta Humala. En la segunda vuelta Humala volvió a imponerse con el 51% de las papeletas.
Pero ahora la situación es más favorable para la hija del exmandatario, opina Carlos Malamud, investigador principal para América Latina del Real Instituto Elcano. “A diferencia de ocasiones anteriores donde la victoria de los candidatos antifujimoristas era más probable, en esta ocasión, sus posibilidades son mayores”, afirma. “De todas maneras, habrá que ver en qué medida las encuestas están dando resultados fiables”.
Por su parte, Francisco Sánchez, subdirector de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales en España, opina que ninguno de los rivales de la favorita parece capaz de unir a los votantes contrarios al movimiento heredero de 'El Chino'. “No lo sé”, dice el experto al ser preguntado sobre si Fujimori será la nueva presidenta. “[Pero] yo creo que no existe por el otro lado un candidato que pueda aglutinar”.
Ambos analistas subrayan, sin embargo, que el voto es muy volátil en Perú, donde el sistema político es más personalista.
UN NÚMERO MENGUANTE DE CANDIDATOS
El número de contrincantes en la contienda presidencial no ha dejado de adelgazar.
Mientras que antes era necesario participar en las elecciones y sobrepasar una marca para que un partido subsistiera, desde enero los partidos que no presenten candidato pueden mantenerse, explica el think tank patrio CIDOB.
“Esto ha supuesto que siete de los 19 candidatos iniciales a la presidencia, que temían no alcanzar dicha marca, hayan retirado sus candidaturas para mantener sus partidos”, expone la organización en un informe. El aspirante que apoyaba el presidente Humala se encuentra entre los que claudicaron.
La cifra se ha reducido más en las últimas semanas. A apenas un mes de que los peruanos acudieran a las urnas, el Jurado Nacional de Elecciones excluyó a dos potentes candidatos presidenciales de la carrera.
Uno de ellos es Julio Guzmán, paladín de Todos por el Perú, quien se quedó fuera por errores al inscribir su candidatura. Guzmán iba segundo en los sondeos con cerca de un 20% de la intención de voto. “[Guzmán] era considerado por los analistas como el outsider de esta elección peruana”, dice el CIDOB, refiriéndose a que Guzmán era una cara nueva alejada de la vieja política.
El otro es el empresario César Acuña, de Alianza para el Progreso, que fue acusado de repartir dinero a los electores durante su campaña e iba cuarto en las encuestas.
Los candidatos apelaron sendas decisiones, pero la autoridad electoral rechazó sus recursos.
Aunque Fujimori sufrió también un proceso por entregar dinero a los votantes -algo expresamente prohibido en la nueva Ley de organizaciones políticas de enero-, la hija del exmandatario fue exonerada por unanimidad. La decisión despertó críticas que denunciaban un supuesto doble rasero de la autoridad electoral.
LA ALTERNATIVA A KEIKO
Tras la salida de Guzmán, dos candidatos se pelean por el segundo puesto en las encuestas con cerca del 15% de intención de voto. Se trata del ex primer ministro Pedro Pablo Kuczynski, del liberal Peruanos por el Kambio (PPK), y la diputada Verónika Mendoza, del izquierdista Frente Amplio.
Las opiniones de los expertos divergen sobre quién de los dos políticos tiene más bazas de hacer frente a Fujimori.
Para Sánchez, de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, Kuczynski tiene pocas opciones de vencer ya que forma parte de la élite política y social. “Es demasiado establishment, ha estado en todos los gobiernos; representa lo más tradicional del Perú”, dice el analista. Sobre Mendoza, Sánchez cuestiona que pueda unificar al antifujimorismo. “Dudo mucho, si Verónika pasa, [que] consiga ampliar [su base]”, dice. “Tiene un discurso más inclusivo y tolerante, pero no sé si llega a ser mayoritario”.
Malamud, sin embargo, ve en Kuczynski un oponente más duro. “El rival más fuerte en este momento es Pedro Pablo Kuczynski, que sería la persona encargada aglutinar a todo el voto antifujimorista, que también es muy fuerte”, dice el analista, que reconoce que el candidato apoyó en los anteriores comicios a la hija del exmandatario “lo que complica un poco las cosas”. Si la adversaria fuera Mendoza, Malamud estima que la elección sería más ideológica, en un país donde los candidatos suelen pesar mucho.
LA FUERZA DEL 'FUJIMORISMO'
“Keiko Fujimori siempre ha tenido un apoyo popular importante, en buena medida herencia del apoyo que heredó su padre”, asegura Malamud. Los analistas afirman que el fujimorismo tiene una base fiel de votantes que cree en el modelo económico y de gestión firme del exmandatario (1990-2000), al que a menudo se califica de autoritario.
Sánchez señala que el modelo económico fujimorista no ha sido cuestionado, pero la hija del presidente encarcelado encarna la idea de “mano dura” que impulsa esta corriente política. Este experto añade además otra dimensión: que el fujimorismo es en cierta manera anti-establishment, es decir, que no se sostiene en las élites tradicionales del país andino.
Keiko ha buscado distanciarse, sin embargo, de la polémica figura de su padre. Ha pasado a descartar la posibilidad de indultar a Alberto Fujimori, condenado a décadas de cárcel, y habla de los “graves errores” del mandato de su progenitor.
“Pese a la escenografía de simpatía, al paulatino desmarque de la figura de su padre a ciertos toques progresistas y la ausencia en esta ocasión del antagonismo, llevado a niveles de dilema dramático, que caracterizó el duelo electoral con Humala hace un lustro, Fujimori, campeona del proselitismo colorista, sigue siendo una política controversial que concita unos altos niveles de rechazo, como puede apreciarse en la campaña de repudio convocada en las redes sociales y que está dando pie a varias manifestaciones 'anti-Keiko'”, señala el CIDOB.
Los analistas aseguran, con todo, que el retorno de un Fujimori al poder no supondría un importante cambio para el país. “No a va cambiar mucho la situación, el modelo de desarrollo se va a mantener”, sostiene Sánchez.