“Terminaremos el año con más de 4.000 ahogados sin hacer nada para evitarlo”
Cuando se cumple un año del brutal naufragio de Lampedusa que mató a 800 personas, EL ESPAÑOL repasa con las ONG las medidas necesarias para evitar que la historia se repita.
18 abril, 2016 17:08Noticias relacionadas
219 personas han fallecido intentando alcanzar la isla italiana desde las costas de Libia en lo que va de año. Este lunes se cumple un año del naufragio en el que murieron casi 800 personas a orillas de Lampedusa, la isla italiana que ejerce de puerta a Europa en esta ruta marítima. Este mismo lunes llegan noticias -aún sin confirmar por fuentes oficiales- sobre el posible naufragio de cuatro embarcaciones que salieron de Egipto y que podrían haber costado la vida de unas 400 personas.
La travesía entre Libia e Italia es la “vía marítima más mortífera del mundo”, según Paula San Pedro, responsable de incidencia en Acción Humanitaria de Oxfam Intermón. A pesar de ello, sólo en el mes de marzo, cerca de 10.000 personas han intentado cruzar el Mediterráneo por esta zona, según la organización, que estima en un millón las personas que esperan su oportunidad para afrontar esta peligrosa vía de escape en las costas libias.
"Pasé ocho meses en Libia. Al llegar, una banda de traficantes nos encerró. Nos dejaban sin comida ni agua durante dos o tres días y nos daban palizas solo para divertirse. Me han quedado muchas cicatrices en el pecho", ha asegurado Filsim, una somalí de 22 años cuyo testimonio ha recogido la ONG en el informe presentado este lunes Miedo e incertidumbre en los centros de registro de la Unión Europea. Esta joven fue liberada después de que su familia pagara un rescate de 800 dólares. Después tuvo que pagar mil dólares más para cruzar a Italia, ha contado.
Diversas ONG humanitarias llevan reiterando durante toda la crisis de refugiados la necesidad de establecer vías seguras y legales para evitar que los migrantes y refugiados se vean obligados a elegir arriesgar sus vidas en busca de refugio o una vida digna en Europa. ¿Pero en qué se traduce esta premisa?
Volver a la búsqueda y rescate
Frontex debe dedicarse al salvamento. En noviembre de 2014 se cambió el sistema 'Mare Nostrum' liderada por la marina italiana a la 'Operación Tritón' -que ahora ha variado de nombre- , lo que en la práctica supuso pasar de llevar a cabo operaciones de rescate a ejercer de policías fronterizos. El mortal naufragio de Lampedusa hace ahora un año, provocó que la Unión Europea decidiera devolver también funciones de salvamento a Frontex, pero San Pedro lo considera del todo insuficiente: “Necesitamos que vuelva a ser una operación de rescate con la misión clara de salvar vidas y dotada de más recursos. Ahora son 9 millones de euros, [hace falta] por lo menos, el doble”.
Carlos Ugarte, responsable de relaciones externas de Médicos Sin Fronteras, es más duro. Su organización tiene varios barcos movilizados en el mar realizando tareas de rescate, algo que comenzó a hacer el año pasado al detectar esta necesidad tras el fin de 'Mare Nostrum', asegura.
Critica que las operaciones de rescate que lleva a cabo el Frontex actualmente se limiten a aquellas que “les pillan a mano”, algo que también han denunciado anteriormente desde la ONG Proactiva Open Arms, que lleva a cabo rescates en las costas griegas. Al no haber un mandato “claro y específico de búsqueda, rescate y salvamento”, no se movilizan recursos como aviones, barcos, información de satélite para localizar y ayudar a embarcaciones en peligro más cerca de las costas del norte de origen, señala Ugarte.
Apertura de fronteras
“Con el cierre de fronteras, los primeros en frotarse las manos son los traficantes de personas, que ven en estas vergonzosas políticas de la Unión Europea una nueva oportunidad de negocio. Así que probablemente la mayoría de ellos tenga que recurrir de nuevo al a peligrosa ruta del Mediterráneo central”, advierten también desde MSF.
Ugarte tiene claro que cada vez que se cierra una frontera, los migrantes y refugiados buscan otra vía, que -según él- siempre es más peligrosa.
Legaciones diplomáticas para tramitar en origen
San Pedro propone que España abra más embajadas o consulados en los países de donde proceden muchos de estos migrantes y solicitantes de asilo. “España podría abrir embajadas para que la gente pudiese agilizar los visados”, asegura la portavoz de Oxfam Intermón. Algo que contribuiría a establecer esas vías seguras y legales que ayudarían a evitar víctimas mortales en el mar, además de contribuir al control de los flujos migratorios.
Compromiso real con las cuotas de reasentamiento
Las personas en campamentos de refugiados de Jordania o Líbano pueden ser reasentados en Europa por un sistema ya existente, pero los índices se mantienen bajo mínimos. “España tiene valores ínfimos”, asegura la portavoz de Oxfam Intermón. En 2012 se comprometió a acoger a 854 sirios reasentados; sólo han llegado 128 y desde 2014 no ha llegado ninguno, asegura la organización.
A ellos se suman los 16.000 refugiados que España acordó acoger hasta 2017 en el reparto de cuotas de la Unión Europea. De ellos, sólo han llegado 18, todos ellos llegados desde Italia.
Ugarte también destaca la necesidad de “aplicar políticas de reasentamiento de verdad”. Y añade: “En Turquía hay millones de personas que no pueden ir a una embajada europea o española a pedir asilo o una medida de protección, porque no se lo van a dar”, en referencia al acuerdo de UE-Turquía del 20 de abril del “1x1”.
Voluntad política como en Canadá
“Es un auténtico absurdo que un refugiado al que aquí [en España] se le concede el derecho a solicitar asilo, le estés obligando a que se juegue la vida cruzando el mar. Es como ofrecer agua al sediento pero después decirle que para conseguirlo tiene que hacer piruetas en el aire”, opina Ugarte, que pone como ejemplo Canadá.
El país norteamericano presidido desde hace poco por Justin Trudeau se comprometió en noviembre del año pasado a acoger a 25.000 refugiados sirios y ya están todos allí. Ahora quiere acoger a más. Para ello les ha concedido un visado humanitario, otra cosa que propone MSF. Su portavoz recuerda que aquel refugiado sirio que viajaba con un niño cuando recibió la zancadilla y patada de una periodista húngara, llegó a España en cuestión de días. Era una historia que había saltado a los medios de comunicación e indignado en redes sociales.
Acceso a la información sobre sus derechos para quienes sí llegan
Aunque este punto no ayudaría a evitar naufragios, sí contribuiría a la seguridad de los potenciales solicitantes de asilo entre quienes arriban en Italia y otras costas europeas. Mientras el primer día que la Unión Europea devolvió a migrantes a Turquía como parte del acuerdo entorno a la crisis de refugiados las autoridades aseguraban que todos los retornados no tenían derecho a asilo, las ONG denunciaron la falta de garantías en el proceso. De hecho, al día siguiente tuvo que suspenderse la operación de retorno por unos días.
“En Italia, según desembarcan, un policía les entrega un formulario. [Mientras ellos están] en estado de shock y estrés, tienen que rellenarlo [ahí mismo] en un idioma que no comprenden”, denuncia San Pedro. Explica que uno de los asuntos que los recién llegados deben rellenar en ese documento es el motivo de su viaje, a lo que responden sin conocer -en muchos casos- cómo funciona el derecho de asilo y por ello pueden dar una constestación por la que no se lo concedan, cuando si les atendieran técnicos en la materia el trámite quizá sí desembocaría en un estatus de refugiado.
Con la llegada del buen tiempo, ya se están incrementando las llegadas a Italia desde Libia, algo que sucede todos los años por esta época, aunque las ONG temen que aumente más de lo habitual debido al cierre de fronteras en los Balcanes. Desde Médicos Sin Fronteras, que es la principal ONG que lleva a cabo rescates marítimos en el Mediterráneo, apuntan a estas cifras:
En marzo de 2015 hubo sólo 2.286 llegadas a través de la ruta desde Libia. En marzo de 2016 fueron 9.676, la mayoría de ellas a partir del día 20, cuando entra en vigor el acuerdo UE- Turquía. Sin embargo, en febrero, cuando aún estaba abierta la ruta del Egeo, el número de llegadas de 2015 y 2016 no había variado tanto, aunque este año bajó: de 4.354 en 2015 por 3.828 en 2016.
“Vamos a terminar el año con más de 4.000 muertos ahogados sin hacer nada para evitarlo. Hoy no ha cambiado ninguno de los elementos por el cual se produjo la tragedia de Lampedusa”, predice Ugarte. En lo que llevamos de año han fallecido al menos 728 personas en el Mediterráneo, según el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur). Y ahora comienza el buen tiempo.