Con la presencia de Fidel Castro y la reelección de su hermano Raúl como primer secretario de la organización, el Partido Comunista de Cuba (PCC, único) cerró este martes su VII Congreso sin cambios significativos en la cúpula de la organización pero abocado a un inevitable relevo generacional. "Por inexorable ley de vida, este VII Congreso será el último dirigido por la generación histórica, la cual entregará a los pinos nuevos las banderas de la Revolución y el socialismo", dijo el presidente del país, Raúl Castro, en el discurso de clausura del cónclave comunista.
Un testigo que los históricos de la Revolución cubana entregarán a las nuevas generaciones "sin el menor atisbo de tristeza o pesimismo y con el orgullo del deber cumplido", según garantizó Raúl Castro, que en junio cumplirá 85 años y que en 2018 dejará, según volvió a recordar en este congreso, la presidencia del país.
Fidel, convencido de que él morirá, pero las ideas seguirán
La idea del relevo también estuvo presente en las palabras que Fidel Castro, próximo a los 90 años, dirigió al Congreso donde admitió que "tal vez sea de las últimas veces" que hable en ese foro, aunque se mostró convencido de que el pensamiento revolucionario pervivirá más allá de las personas. "A todos nos llegará nuestro turno, pero quedarán las ideas de los comunistas cubanos, como prueba de que en este planeta, si se trabaja con fervor y dignidad, se pueden producir los bienes materiales y culturales que los seres humanos necesitan, y debemos luchar sin tregua para obtenerlos", afirmó el líder revolucionario.
Tras cuatro jornadas, el Congreso del PCC finalizó con ligeros movimientos en los órganos de dirección del partido, en cuya cúpula se mantiene la "vieja guardia", incluido José Ramón Machado Ventura ratificado como "número dos"; junto con caras de la renovación que ya fueron elegidas hace cinco años, si bien se suman nuevas incorporaciones, sobre todo en el caso del Comité Central.
En el poderoso Buró Político, que ahora pasa a tener 17 miembros (antes eran 14), permanecen además de Raúl Castro y Machado, el primer vicepresidente del Gobierno, Miguel Díaz-Canel; el ministro de Economía, Marino Murillo; el canciller Bruno Rodríguez; el vicepresidente de los Consejos de Estado y Ministros, Ramiro Valdés; y el vicepresidente de Consejo de Estado, Salvador Valdés Mesa.
También siguen el presidente de la Asamblea Nacional, Esteban Lazo; el ministro de las Fuerzas Armadas (FAR), Leopoldo Cintra Frías; el viceministro primero de las FAR, Álvaro López Miera; el viceministro de las FAR, Ramón Espinosa; y la primera secretaria del PCC en La Habana, Mercedes López.
Entran en ese órgano cinco nuevos miembros: el secretario general de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), Ulises Guilarte; el ministro de Salud, Roberto Morales; la secretaria de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), Teresa Amarelle; la rectora de la Universidad de Ciencias Informáticas (UCI), Miriam Nicado; y la directiva del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología de Cuba (CIGB), Marta Ayala.
Quienes salen del Buró son el general de las Fuerzas Armadas Abelardo Colomé Ibarra, quien renunció a su cargo como ministro de Interior el pasado octubre por problemas de salud; y Adel Yzquierdo, ministro de Transporte desde septiembre.
En cuando al nuevo Comité Central -máximo órgano del partido entre congresos- se amplía a 142 miembros y sale ligeramente rejuvenecido, con una media de edad de 54,5 años.
En ese órgano entran 55 nuevos integrantes, todos menores de 60 años para dar cumplimiento, según dijo Raúl Castro hoy, a los límites de edad máxima para cargos partidistas que anunció el sábado al inaugurar el cónclave.
El VII Congreso de los comunistas cubanos concluyó también con mensajes de reafirmación de la continuidad de la Revolución y de defensa del modelo político del país, de su sistema de partido único y del socialismo.
"Agradezco el honor que significa haber sido elegido por segunda vez primer secretario del Comité Central del PCC, con la certeza de que mi misión principal es defender, preservar y continuar perfeccionando el socialismo cubano y no permitir jamás el retorno al capitalismo", recalcó Raúl Castro.
Sobre el plan de "actualización socialista" emprendido hace cinco años en el país, el presidente cubano reiteró que proseguirá "sin prisa pero sin pausa".
"El ritmo dependerá del consenso que seamos capaces de forjar al interior de nuestra sociedad y de la capacidad organizativa que alcancemos para introducir los cambios necesarios, sin precipitaciones ni mucho menos improvisaciones que solo nos conducirán al fracaso", añadió.
Además del plan para rejuvenecer las estructuras del partido en los próximos años, otra de las novedades de este congreso fue el anuncio de una próxima reforma constitucional para introducir las transformaciones que ha experimentado el país en los últimos años derivadas de ese plan de reformas económicas y sociales.