“Mi comportamiento excesivo causó tanto dolor a mi hijo y molestias a tantas personas, desde las del colegio hasta quienes ayudaron a buscarlo… Lo siento profundamente”, ha manifestado su padre, Takayuki Tanuka, ante las puertas del hospital donde han ingresado a Yamato para observación durante una noche.
Yamato tiene siete años. Un día que iba junto a un bosque con sus padres no paraba de lanzar piedras a personas y otros vehículos. Cuando sus progenitores se hartaron de que su hijo hiciera caso omiso a sus órdenes para que dejara su mal comportamiento, o su travesura, dejaron al niño junto a la carretera y se fueron. Le dijeron que era un castigo.
La intención era volver en seguida. Pero cuando regresaron a los pocos minutos, Yamamoto ya había desaparecido. Ésta es la versión de los padres sobre una pesadilla con final feliz en Japón. La última versión, porque inicialmente dijeron que lo habían perdido mientras buscaban plantas comestibles.
Seis días después de su desaparición, un soldado se ha encontrado a Yamato durante un ejercicio de entrenamiento militar, informa la televisión nipona NHK. Sano y salvo, excepto por su baja temperatura corporal y pequeñas heridas. Estaba en una base del Ejército a unos 4 kilómetros del lugar donde desapareció el pasado sábado, 28 de mayo, en el norte del país.
El niño consiguió sobrevivir en un bosque donde las temperaturas bajan hasta los 7 grados centígrados de noche, con densas lluvia a pesar de ir sólo con una camiseta y vaqueros. Ha contado que no comió nada en todo ese tiempo. Sólo bebió.
Yamato ha explicado que caminó por las montañas hasta que encontró el edificio, que estaba abierto. Ha pasado seis días sobreviviendo a base de agua corriente y durmiendo sobre colchones que había en el suelo.
Todo un héroe infantil de una historia que había provocado todo un despliegue de policías, bomberos y militares para encontrarlo. La historia que ha conmovido a Japón y ha dado la vuelta al mundo.
EL ARREPENTIMIENTO DEL PADRE
“Lo primero, lo primerísimo que dije a mi hijo fue: 'Siento mucho haberte causado tanto dolor. Papá lo siente mucho'. Y mi hijo asintió: 'Sí'”, ha explicado Tanuka, de 44 años, ante una nube de periodistas según una información recogida por la agencia Reuters.
Asegura que su mujer y él lo educan “con amor”. Ha reiterado que lo que hicieron fue exagerado. “No tenía ni idea de que acabaría así. Estoy profundamente arrepentido de mi comportamiento excesivo, pero hice lo que pensé que sería lo mejor para él”.
“Ya le queríamos antes, pero espero prestarle más atención a partir de ahora”, ha añadido el arrepentido padre. El pequeño parecía estar feliz de reencontrarse con sus padres este viernes, cuenta NHK.
No ha trascendido ninguna información sobre ninguna acción judicial o administrativa sobre los padres.