Cuando escuchó a Donald Trump anunciar su candidatura presidencial prometiendo un gran muro en la frontera sur de Estados Unidos para frenar a los mexicanos “delincuentes”, el empresario hispano Roque ('Rocky') de la Fuente sintió que tenía que hacer algo.
“Yo no vi ni al rey de España, ni al presidente de México ni a ningún gobernante que saliera a defender a los latinos”, afirma en castellano De la Fuente (1954, San Diego, EEUU), en una videollamada con EL ESPAÑOL desde California. “Dije: 'yo tengo dos alternativas, o quedarme en casa o salir a pelear'”.
Unos meses más tarde, el emprendedor se sumó a las primarias del Partido Demócrata para desafiar a la ex secretaria de Estado Hillary Clinton e impedir el ascenso de Trump, a quien compara con “Hitler”. Para De la Fuente, ninguno de los dos candidatos favoritos de cada bando representa a la mayoría del pueblo estadounidense, por lo que él aspira a convertirse en una alternativa política para las elecciones generales del otoño.
“Mi objetivo es que en noviembre 8 [SIC] esa gente tenga una opción aparte de lo que yo llamo Dumb and Dumber [tonto y más tonto]”, dice De la Fuente en referencia al título estadounidense de la película Dos tontos muy tontos. “El problema es que en la película sabes perfectamente quién es uno y quién es el otro… En este caso está más difícil”.
Pese a sus esfuerzos por darse a conocer, el aspirante presidencial no ha logrado obtener delegados, que son los encargados de escoger al campeón de la formación en su Convención Nacional. Tampoco ha entrado en los debates electorales. De la Fuente denuncia que la primaria demócrata ha estado “orquestada” desde un primer momento para que venza Clinton, quien roza con los dedos la nominación del partido azul.
“El Partido Demócrata ha hecho fraudes electorales en la manera como se ha comportado a lo largo de esta carrera”, dice el mexicano-estadounidense, que asegura que la dirección del partido y la propia Clinton tendrán que rendir cuentas finalmente.
La campaña de Rocky asevera que en algunos estados donde el candidato había cumplido los requisitos para competir su nombre no aparecía en la papeleta y en su lugar estaba el término “otro”. También afirma que en estados como Texas o New Hampshire han desaparecido parte de sus votos del recuento final sin explicación. Asimismo, asevera que el senador por Vermont Bernie Sanders sufrió un supuesto “fraude” en la ajustada primaria de Kentucky, que perdió.
Preguntado sobre si espera que se investiguen sus reclamaciones, el aspirante dice que como en los estados donde supuestamente le robaron votos la diferencia no hubiera alterado el orden del podio, las autoridades no tienen razón para indagar. Pero él considera que esas pequeñas victorias le habrían dado impulso y elevado sus posibilidades de lograr la nominación de su partido.
Aun así, para De la Fuente, la carrera no acaba en la Convención Nacional de julio, sino en las elecciones presidenciales de noviembre.
“Yo ahorita sigo estando para mi partido. Ahora, mañana puede ser que a Hillary la pongan en la cárcel, puede que la imputen y se retire de la contienda, [por su uso del correo electrónico privado como secretaria de Estado para asuntos oficiales] y también por fraude electoral, cualquiera de las dos”, asegura. “Pero vamos a suponer hipotéticamente que no soy el escogido por toda la trampa que han hecho: yo tengo la alternativa de lanzarme como independiente y estar en la contienda para noviembre”.
De la Fuente no sabe si acudirá a la Convención Nacional en Filadelfia, pero, de ir, no sería su primera vez en el congreso demócrata. El empresario, de raíces españolas por el lado materno, reconoce que en 1992 apoyó como superdelegado (un delegado con libertad para aupar al candidato de su preferencia) a Bill Clinton, pero matiza que su mujer es distinta. “Dile al pueblo argentino qué opina de un Perón y de Eva Perón”, compara.
Es como si se presentara el dueño de Telefónica. No creo que necesite dinero del pueblo para ser presidente.
De la Fuente -como Trump- se presenta como un empresario de éxito con capacidad de gestión. La cadena hispana Univisión lo califica de “millonario” y ha sido descrito por San Diego Union-Tribune como un “magnate inmobiliario”. Afirma poseer desde parques industriales a oficinas y emplear a miles de personas. De hecho, el aspirante a la Casa Blanca ha prometido que si llega al Despacho Oval no cobrará el sueldo de presidente hasta cumplir una serie de metas, como generar un millón de puestos de trabajo.
“Es como si dijeras, por ejemplo, [que] el dueño de la Telefónica de repente dice 'voy a correr para presidente'. No creo que necesite dinero del pueblo para poder ser presidente”, afirma. “Para mí es más simbólico. Si yo no me gano mi trabajo, no logro los objetivos, no quiero sueldo”.
De la Fuente dice haber nacido empresario. Con nueve años, comenzó a vender a sus compañeros de colegio animales de blandiblú creados con moldes de juguete. “Yo dije 'mira, aquí hay una oportunidad'”, cuenta riendo. A los 11, tuvo su “mejor negocio” de venta de tarjetas de Navidad con el que “en los meses de octubre y noviembre ganaba 4.000 dólares al mes”. Rocky también afirma “tener calle”: “Yo a los siete [años] tuve una navaja en mi espalda y me robaron mi reloj”.
El emprendedor se crió a ambos lados de la frontera sur de Estados Unidos. Estudió en escuelas de ambos países y se graduó en Matemáticas y Física, así como en Administración de Empresas y Contabilidad. Su residencia hoy está en su fronterizo San Diego natal. Está casado y tiene cinco hijos, de 14 a 33 años.
Su programa electoral está redactado en preguntas para, explica, despertar la curiosidad de la gente. De la Fuente defiende ser un candidato abierto políticamente, ya que “ningún partido tiene el monopolio de las buenas ideas”, según su web. Aboga por controlar el gasto público y el déficit, pero también por las energías renovables y una política exterior no intervencionista.
De la Fuente se declarara un amante de España con gustos exquisitos; sus preferencias, el jamón y el vino Vega Sicilia. En su conversación con este diario presume de su conocimiento de la cultura y geografía españolas. Hace unos meses participó en el Congreso Internacional de Calidad Turística en A Coruña con el presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo.
Sobre los otros candidatos latinos en la contienda -ahora retirados-, los senadores republicanos por Texas y Florida Ted Cuz y Marco Rubio, el californiano asegura que no son buenos representantes de la población hispana en Estados Unidos. “Ese señor no representa a los latinos, tiene un apellido, Cruz, que es latino”, dice sobre Ted Cruz, del que subraya que no habla español. Sobre Rubio, afirma que representa sólo a una parte de la comunidad cubana pero que tiene “mucho futuro” si “madura”.
Sin embargo, en opinión de Rocky De la Fuente, las minorías carecen de buena representación en el país y lo peor que podría sucederles es que Trump tomara las riendas. “Ninguna minoría está siendo representada en Estados Unidos”, concluye.