Un hombre ha asesinado a 49 personas y ha herido a otras 53 en Pulse, una discoteca gay popular de Orlando, la peor matanza con armas de fuego en la historia de Estados Unidos, y el acto de terrorismo doméstico más grave desde los ataques del 11-S en 2001.
El atacante, quien fue identificado como Omar Sadiqqui Mateen, fue acribillado por fuerzas especiales de la Policía, que irrumpieron en la discoteca en la madrugada del domingo y pusieron fin a más tres horas de horror, durante las cuales mantuvo a decenas de personas como rehenes.
La masacre perpetrada por Mateen en Pulse ha sido la peor matanza masiva con un arma de fuego en la historia de Estados Unidos. En 2007, Seung-Hui Cho asesinó a 32 personas en la universidad Virginia Tech, y a fines de 2012, Adam Lanza acribilló a 26 personas en la escuela Sandy Hook, en su mayoría niños y niñas. Mateen utilizó el mismo tipo de arma que Lanza, un rifle de asalto semiautomático AR-15, que puede comprarse por menos de 1.000 dólares en una armería.
“Esto es un acto de terror, un acto de odio”, ha definido el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, en una breve declaración en la Casa Blanca, la 15ª que ha brindado después de una masacre con un arma de fuego. Obama ha dicho que el FBI lidera la investigación, que ha sido enmarcada como un acto de terrorismo doméstico.
Estados Unidos ha quedado sumido de nuevo en la conmoción desatada por la violencia armada, un tema que ya estaba instalado en la campaña presidencial y que ahora, tras el ataque, cobrará mucha mayor relevancia. Los demócratas han intentado sin éxito imponer más controles a las armas de fuego, mientras que los republicanos se han negado a hacerlo, escudándose en las garantías que brinda la Segunda Enmienda de la Constitución Nacional, que garantiza el derecho a portar armas.
La poderosa Asociación Nacional del Rifle (NRA, según sus siglas en inglés), el brazo político del lucrativo negocio de la industria armamentista, ha sido determinante para frenar cualquier intento de regulación en el Congreso de Estados Unidos, incluida una medida con la cual está de acuerdo la gran mayoría del país: verificar los antecedentes penales de un comprador antes de que compre un arma.
Aún resta determinar el número final de víctimas, además del motivo concreto de Mateen –más allá del odio y la intolerancia, ambos obvios– para perpetrar la matanza. Medios norteamericanos, que citaron fuentes policiales anónimas, dijeron que el asesino realizó una llamada al 911 para jurar lealtad a Estado Islámico. Fue el único indicio extraoficial sobre un vínculo con un grupo terrorista. El padre de Mateen brindó testimonio sobre su desprecio por los homosexuales.
“Esto no tiene nada que ver con religión”, ha dicho en declaraciones a la cadena NBC News, Mir Saddiqui, padre de Mateen. Tras pedir disculpas, y afirmar que toda la familia estaba “en shock” como el resto del país, esbozó un solo motivo para fundamentar la matanza: su hijo se puso furioso al ver a dos hombres besándose en el centro de Miami.
“Vio a dos hombres besándose delante de su esposa e hijo y se enojó mucho”, ha agregado Sadiqqui. “Estamos pidiendo disculpas por el incidente. No éramos conscientes de que estuviese planteando ningún tipo de acción. Estamos en estado de shock al igual que todo el país”, ha afirmado.
“Desperté con la devastadora noticia de Florida. Mientras esperamos más información, mis pensamientos están con los afectados de este horrible acto”, ha dicho la virtual candidata presidencial demócrata, Hillary Clinton, en Twitter.
“Horroroso incidente en Florida. Rezo por las familias y las víctimas. ¿Cuándo parará esto? ¿Cuándo seremos listos, duros y vigilantes?”, ha sido la reacción de Donald Trump, también en Twitter.
Obama ha enviado un mensaje de respaldo a la comunidad gay de Estados Unidos, al afirmar que la matanza ha sido “un ataque a todos”. Una vez más, como ha sucedido cada vez después de un ataque armado, ha dicho que el país debe decidir si desea que este tipo de incidentes sigan ocurriendo no. Ya cerca del final de su declaración, ha afirmado: “No hacer nada también es una decisión”.