Manchester

Una columna de refugiados avanza hacia usted. La mayoría son hombres de mediana edad y la tez oscura. Son como el primer tren de la historia del cine, aquel de los hermanos Lumière que parecía que iba a atravesar la pantalla y atropellar a los espectadores que encontrase a su paso. Junto a la multitud que se aproxima hay varios mensajes: “PUNTO DE RUPTURA. La Unión Europea nos ha fallado a todos. Debemos librarnos de la UE y recuperar el control de nuestras fronteras”. Y delante del cartel aparece el líder nacionalista Nigel Farage (UKIP), sonriendo a la prensa por la ocurrencia.

La imagen forma parte de la campaña de los partidarios del brexit de cara al referéndum del próximo jueves. Las comparaciones con la propaganda nazi no se hicieron esperar y algunas voces se alzaron entre las propias filas del Leave. La más enérgica de ellas ha sido la de la exministra conservadora Sayeeda Warsi, que este lunes denunció que los mensajes empleados durante la campaña fomentan la división y la xenofobia. Hace un año, el enfoque de los brexiters era “más abierto, más visionario y más moderado”, aseguró ayer. En las últimas semanas, el movimiento liderado por el UKIP y por las plataformas Vote Leave y Leave.EU ha pasado al ataque con afrentas como “que vienen los turcos, que vienen los sirios, que vienen los refugiados, que vienen los musulmanes, que vienen los terroristas”.

Tras el asesinato de la diputada laborista Jo Cox el pasado jueves, los líderes políticos interrumpieron los actos vinculados al referéndum y pidieron moderar el tono de la campaña. Pero las encuestas publicadas este fin de semana muestran un ligero repunte del Remain y los partidarios de la salida solo tienen dos días para recuperar la ventaja que tenían hasta la semana pasada.

Farage aseguró el lunes en una entrevista que David Cameron está intentando capitalizar la muerte de Cox. “Estamos viendo cómo el primer ministro y la campaña del Remain tratan de relacionar la acción de un loco con los motivos de media Gran Bretaña, que piensa que debemos recuperar el control de nuestras fronteras”.

Cartel de la campaña de Nigel Farage, del nacionalista UKiP. Facundo Arrizabalaga Efe

El líder nacionalista aseguró que se trata de “un horrible incidente aislado” y que los partidarios de la permanencia intentan atacarle porque “están muertos de miedo”: “Pensaban que iban a ganar este referéndum de lejos. Saben que la cosa está muy reñida y van a parar de denigrarnos y hacer falsas asociaciones, pero creo que la gente es lo suficientemente inteligente como para darse cuenta”. El domingo había ido un poco más lejos en una entrevista en ITV, diciendo que él era una “víctima” del odio de aquellos que, precisamente, le acusan de fomentar el enfrentamiento.

La semana pasada, Michael Gove, ministro de Justicia y partidario del Brexit, dijo que se “estremeció” al ver el cartel del UKIP. Sin embargo, Sayeeda Warsi recordó ayer que “sus mentiras sobre la incorporación de Turquía a la Unión Europea” son uno de los motivos por los que ha decidido apartarse de la campaña del Leave. “Gente que era profundamente euroescéptica se está sintiendo tan incómoda con esta visión [el discurso del miedo y la xenofobia] que ahora sienten que votar por la permanencia es el mal menor”, explicó durante una entrevista en la BBC. Warsi fue la primera mujer musulmana que ocupó un cargo en el Gabinete británico hasta su renuncia en 2014 (tras oponerse a la política del Gobierno en el conflicto israelí-palestino).

The Guardian cazó el domingo a una directiva de la plataforma Vote Leave retuiteando mensajes islamófobos en las redes sociales. Uno de ellos era una imagen de una joven blanca rodeada de mujeres con burkas negros y un mensaje: “Gran Bretaña en 2050. ¿Por qué no los detuviste, abuelo?”. Arabella Arkwright ha dimitido para no perjudicar a sus compañeros, aunque se ha excusado diciendo que retuitear ciertos contenidos “no quiere decir estar de acuerdo con ellos” y que “aborrece cualquier forma de racismo”.

La imagen retuiteada por la directiva de la campaña pro brexit. The Guardian

Taking back control ha sido el eslogan estrella de los partidarios de abandonar la Unión Europea. “Recuperar el control de nuestras fronteras, de nuestras vidas”, según Nigel Farage y Boris Johnson, ex alcalde de Londres. El debate se ha escorado cada vez más hacia la inmigración, presentándola como la raíz de otros problemas: el colapso de la sanidad pública (NHS), la escasez y los precios de la vivienda o el supuesto “chollo” de los benefits para extranjeros.

Mientras el líder del UKIP defiende que lo que muestra su cartel “es la verdad”, los partidarios de la permanencia esperan que los votantes indecisos y los euroescépticos moderados se bajen del tren de Farage. El convoy está fuera de control, dice Warsi. El próximo jueves veremos a quién se lleva por delante.