“Es el principio del fin de la UE”. Con declaraciones casi idénticas, los partidos populistas y euroescépticos de toda Europa han celebrado en las últimas horas la victoria del brexit. Y reclaman referendos de salida similares al de Reino Unido en Holanda, Francia, Italia o Dinamarca. Al margen de sus diferencias, todos estos partidos comparten rasgos comunes: el desprecio de lo que denominan élites de Bruselas, la reivindicación de la soberanía nacional, el rechazo a la inmigración y el uso privilegiado de las redes sociales para lanzar sus mensajes.
“Los referendos son una herramienta muy popular estos días para hacer política en Europa”, explicaba recientemente a EL ESPAÑOL el analista del Center for European Reform, Rem Korteweg. “Hay un creciente sentimiento de euroescepticismo en toda Europa y los referendos son instrumentos con los que se canaliza esa frustración. Si hay un tema de la UE que se somete a una consulta, las posibilidades de que sea rechazado son muy altas”, apunta.
El brexit se ha cobrado ya su segunda víctima política. Tras la dimisión del primer ministro, David Cameron, este sábado ha abandonado su cargo el comisario británico, Jonathan Hill, responsable de Servicios Financieros. “Llegué a Bruselas como euroescéptico y me voy convencido de que pertenecer a la UE era bueno”, ha declarado. Al mismo tiempo, el resto de socios europeos han endurecido su posición hacia Reino Unido precisamente para frenar el efecto contagio de la fiebre de referendos.
Los ministros de Exteriores de los países fundadores de la UE -Alemania, Francia, Italia, Holanda, Bélgica y Luxemburgo- piden a Londres que se marche cuanto antes. Tras reunirse en Berlín este sábado, estos seis países han exigido las autoridades británicas que presenten “tan pronto como sea posible” la petición de divorcio. Sin esta solicitud, no es posible desencadenar el procedimiento de separación previsto en el artículo 50 del Tratado. Cameron ha dicho que la carta no llegará hasta octubre, cuando se elija al próximo primer ministro. Pero el resto de líderes europeos no quieren esperar alegando que eso genera incertidumbre. En realidad, lo que más les preocupa es que aliente un efecto dominó en otros países que destruya por completo la UE.
Para el presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, no habrá un “divorcio amigable” entre Bruselas y Londres porque “tampoco la historia de amor fue precisamente buena”. Juncker sostiene que no se producirá el contagio. “Las repercusiones del referéndum británico pondrán rápidamente fin a la demagogia burda de los populistas, ya que pronto quedará claro que Reino Unido estaba mejor dentro de la UE, desde el punto de vista económico, social y en términos de política exterior”, ha dicho en una entrevista al periódico alemán Bild. A continuación explicamos cómo se aprovechan del brexit las principales fuerzas populistas y euroescépticas europeas.
Holanda
En Holanda, el referéndum para salir de la Unión Europea ha sido reclamado por el líder del xenófobo Partido por la Libertad (PVV), Geert Wilders. Wilders se apresuró a acudir a las redes sociales a primera hora del viernes para felicitar a los británicos y volver a pedir una consulta en su país. "Ahora es nuestro turno. Es el momento de un referéndum holandés", escribía en su cuenta de Twitter.
El partido de Wilders encabeza las encuestas para las elecciones parlamentarias de 2017 con alrededor de un 20% de intención de voto. Pero además, una reciente ley permite convocar consultas en Holanda reuniendo 300.000 firmas. Así se organizó en abril un referéndum sobre el acuerdo entre la UE y Ucrania, que fue rechazado por los votantes pese a que contaba con el apoyo del Gobierno y los principales partidos. Según una encuesta realizada esta semana por la cadena Een Vandaag, el 54% de los holandeses quieren un referéndum sobre la UE.
Francia
La líder del ultraderechista Frente Nacional, Marine Le Pen, se ha reunido este sábado con François Hollande como parte de la ronda de contactos organizada por el presidente galo para examinar las repercusiones del brexit. "Victoria de la libertad. Como lo vengo pidiendo desde hace años, ahora hace falta el mismo referéndum en Francia y en los países de la UE", ha escrito en Twitter.
"No es Europa la que muere, es la Unión Europea la que se hunde y las naciones las que renacen", proclamó Le Pen el viernes en una rueda de prensa en la que dejó claro su entusiasmo por el brexit. A su juicio, Francia tiene muchos más motivos que Reino Unido para celebrar una consulta porque está "sometida al yugo" del euro y del espacio sin fronteras Schengen. "Debemos recuperar la soberanía monetaria, económica, territorial y legislativa", reclama.
Le Pen promete convertir la cuestión europea en el eje de su campaña para las elecciones presidenciales de 2017. La mayoría de las encuestas pronostica que pasará a la segunda vuelta, pero que allí será derrotada.
Italia
En Italia son dos las fuerzas políticas que piden referendos sobre la UE, aunque su Constitución no prevé consultas sobre Tratados internacionales. En primer lugar, los populistas de izquierdas del Movimiento 5 Estrellas, liderado por el cómico Beppe Grillo, que acaba de hacerse con las alcaldías de Roma y Turín. "El Movimiento 5 Estrellas siempre ha creído que es la gente la que debe decidir sobre cuestiones cruciales. Por eso hemos recogido firmas para un referéndum sobre el euro, para que los italianos decidan sobre la soberanía monetaria", escribía en su blog tras la victoria del brexit.
También reclama un referéndum sobre la UE el partido de extrema derecha Liga Norte. "Viva la valentía de los ciudadanos libres! El corazón, la cabeza y el orgullo han vencido a las mentiras, amenazas y chantajes. Gracias, Reino Unido, ahora es nuestro turno", escribía en su cuenta de Twitter el líder de la Liga Norte, Matteo Salvini. "Italia no debe ser el último en salir de este barco que se hunde", afirma.
Dinamarca
En Dinamarca, tanto la extrema derecha como la extrema izquierda defienden la convocatoria de un referéndum sobre la UE tras la victoria del brexit. Para el líder del ultraderechista Partido Popular Danés, Kristian Thulesen, la salida de Reino Unido "muestra de nuevo que la Unión subestima el escepticismo de la gente". "Celebremos un referéndum aquí también", ha reclamado la dirigente de la Alianza Rojiverde, Pernille Skipper. El 42% de los daneses desean una consulta, según un sondeo realizado este mes. Pero el primer ministro, el conservador Lars Lokke Rasmussen, y el resto de partidos mayoritarios han descartado convocarla.
En Austria, el presidente del populista FPÖ, Heinz-Chirstian Stache, ha felicitado a los británicos por "su recuperada soberanía". No obstante, de momento no ve necesario celebrar un referéndum similar en su país. Sólo se cuestionaría la pertenencia a la UE si llegara a entrar Turquía, ha afirmado.
El grupo de Visegrado
En el denominado grupo de Visegrado -formado por Polonia, República Checa, Eslovaquia y Hungría- apenas se han oído voces reclamando referendos pese a su reconocido euroescepticismo y reivindicaciones soberanistas. En Eslovaquia, que ocupará la presidencia de turno de la UE a partir de julio, el partido de extrema derecha Nueva Eslovaquia ha lanzado una petición ciudadana para convocar la consulta.
Pero en Bruselas se descarta que los países del este quieran irse tras el brexit porque son ahora los máximos beneficiarios de las ayudas de la UE. Eso sí, ya han empezado a reclamar la renacionalización de algunas políticas europeas, según explicaba el ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo. En particular, el grupo de Visegrado rechaza las cuotas obligatorias de refugiados pactadas por la UE para hacer frente a la actual crisis migratoria.
El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, ya ha convocado un referéndum para otoño sobre las cuotas. A su juicio, la gestión de la migración realizada por Bruselas es uno de los factores que explica la victoria del brexit. También Polonia, en pleno conflicto con la Comisión Europea por la crisis constitucional en el país, reclama cambios. "Lo que Polonia quiere es construir una UE fuerte y unida de naciones soberanas", ha dicho su primera ministra, Beata Szydlo.