El autor del tiroteo de Múnich se confesaba admirador de Hitler
Ali David Sonboly se sentía 'ario' aunque no militaba en grupos de ultraderecha, pero dirigía su odio hacia turcos o árabes.
27 julio, 2016 17:02Noticias relacionadas
El autor del tiroteo de Múnich, Ali David Sonboly, que asesinó a punta de pistola en las inmediaciones del centro comercial Olympia a nueve personas y dejó 27 heridos antes de suicidarse, estaba orgulloso de haber nacido el mismo día que Adolf Hitler y presumía de su condición de ario como alemán e iraní, según informa el diario Frankfurter Allgemeine Zeitung.
De acuerdo con ese medio, que se remite a fuentes de las fuerzas de seguridad, Sonboly, de 18 años, tenía el propósito de matar a cuanta más gente mejor -le quedaban unas 300 balas en su mochila cuando se suicidó- y eligió el viernes pasado para su ataque por ser el quinto aniversario de la masacre del ultraderechista noruego Anders Behring Breivik, que acabó con la vida de 77 personas en Oslo y la isla de Utoya.
El joven germano-iraní no militaba en grupos de ultraderecha ni se le relaciona con los ambientes neonazis de la capital bávar, pero dirigía su odio hacia turcos o árabes. De ahí los gritos de "turcos de mierda" y "soy alemán" en pleno tiroteo, audibles en uno de los vídeos grabados la fatídica tarde del atentado, por un vecino de la zona atacada con el que se enzarzó en una discusión.
Las nueve personas que murieron en el tiroteo tenían raíces extranjeras, varios de origen turco y kosovar, de edades comprendidas entre los 14 y los 20 años, salvo una mujer de 45.
Sonboly es hijo de inmigrantes iraníes, nació en Múnich el 20 de abril de 1998 -Hitler lo hizo ese mismo día en 1889- y se veía como "alemán" y "ario", ya que Irán es considerada la cuna de la raza aria por los nazis.
Breivik era su modelo a seguir. Las autoridades alemanas destacan también rasgos como su carácter solitario y su interés en crímenes como los de Columbine, la masacre perpetrada por dos estudiantes en un instituto de Estados Unidos en los años 90.
Este paralelismo ya fue apuntado en las primeras investigaciones policiales tras la matanza, ya que se encontraron en su habitación textos del terrorista noruego, además de documentos sobre otras matanzas y baños de sangre perpetrados en escuelas alemanas.
Hasta el momento, las fuerzas de seguridad habían descartado un trasfondo islamista o terrorista y habían dicho que no había indicios de que el joven hubiera elegido a sus víctimas por su nacionalidad.