"El pueblo ya no existe, casi todas las casas de Pescara del Tronto se han derrumbado". En estos desoladores términos se expresaba Alessandro Petrucci, alcalde de una de las pedanías más afectadas por el terremoto de 6,2 que ha asolado las regiones de Lazio y Umbría. De las decenas de fallecidos contabilizados hasta el momento, al menos diez se han producido en Pescara. Según los testimonios, hay varios niños entre las víctimas.
La descripción desde el lugar de los hechos es descorazonadora. "Se oían gritos que salían de los escombros: 'Ayudadnos, ayudadnos" - relata una joven que acudió de otro caserío a Pescara a ayudar, donde vive su familia, minutos después del temblor. "No sabemos cuántos muertos hay todavía" - explicaba a los medios italianos monseñor Giovanni D'Ercole, obispo de Ascoli Piceno y presente en el lugar. "He bendecido los cuerpos de dos niños bajo los restos".
A medida que los servicios de rescate han podido trabajar en el lugar de la catástrofe, sin embargo, se han conocido noticias que infunden esperanza. Dos niños han podido ser rescatados con vida. La rápida reacción de su abuela, que los escondió bajo la cama cuando el suelo empezó a temblar en una decisión dictada por toda una vida transcurrida en una zona sísmica, ha sido fundamental para salvar su vida.
La familia ha contado las circunstancias del suceso al diario La Stampa. Los hermanos Samuele y Leone dormían en casa de su abuela Vitaliana, en la que residían mientras su padre, Mario, trabajaba en Roma. En cuanto tuvo noticias del terremoto acudió a Pescara en donde se encontró con su tío Riccardo, que vive en las cercanías y que se había adelantado. El hombre no se había atrevido a contar a Mario por teléfono que la destrucción era tal que no conseguía encontrar la casa de la abuela Vitaliana.
"No había calles, ni portales, sólo escombros" - explica Riccardo. "Empezamos a gritar el nombre de los niños. Y respondieron. No os podéis imaginar lo que sentimos". Los pequeños pudieron ser liberados por la familia, "perfectos" según Riccardo, pero la abuela pasó varias horas más atrapada. "No sé encuentra bien", reconoce el tío, "y no encontramos al abuelo".
En Accumoli, epicentro del terremoto y en donde se han contabilizado al menos nueve fallecido, se han producido otra escena dramática. Una familia de cuatro personas, dos de ellos niños, se encontraban atrapados vivos entre los escombros de su casa. Los vecinos trataban de liberarlos trabajando con las manos desnudas. "Se les oye gritar desde dentro", relataban a la prensa.