Phyllis Schlafly podría considerarse una precursora de Donald Trump y hasta del Tea Party si no fuera porque su trabajo como activista estadounidense provocó que el Partido Republicano de EEUU se entregara políticamente a Dios y a la familia.
Schlafly ha fallecido este martes en Misuri a los 92 años de edad tras sufrir un cáncer. El primero en reaccionar ha sido precisamente Trump quien ha destacado que "su legado vivirá en el movimiento que encabezó y en los millones de personas a las que inspiró".
Sus principales campañas en los años 70 fueron contra el comunismo, contra el aborto y una guerra encarnizada contra la Enmienda de Igualdad de Derechos, que intentaba garantizar el igual trato a hombres y mujeres. Estas posturas reunificaron el ala derecha del Partido Republicano y lo enfocaron hacia los valores más conservadores.
Eagle Forum, un grupo que ella misma fundó en 1975, ha asegurado que Schlafly era "una líder estadounidenses emblemática cuyo amor por Estados Unidos era sólo superado por su amor por Dios y su familia" y una "indomable defensora de los grupos a favor de la familia".
Según esta abogada y activista, la Enmienda de Igualdad de Derechos abría la puerta al matrimonio homosexual, al aborto, al servicio militar para las mujeres, a la existencia de baños mixtos y hasta al fin de las leyes laborales que impedían a las mujeres trabajar en lugares peligrosos.
Gran defensora del rol de ama de casa para las mujeres, Phyllis Schlafly insistía en que la norma que habla de la no discriminación de derechos por razón de género iba en contra de la familia y era antiamericana.
Pero su lucha no terminó con la aprobación de la enmienda, Schlafy continuó peleando contra la inmigración ilegal, la publicación de papeletas en otros idiomas y hasta la norma que exigía la igualdad de trato de hombres y mujeres en el deporte.
De las secretarias, azafatas y otras mujeres que luchaba por un salario igual que los hombres dijo que tenían "envidia" y hasta aseguró que introducir lecciones sobre cómo evitar el SIDA en los planes de estudios de las escuelas públicas en los 80 era como "enseñar a practicar la sodomía segura", asegura The Washington Post.
Durante la Conferencia de Acción Política de su partido en 2010, quiso dejar claro que ninguna mujer estaba todavía preparada para ser presidenta de EEUU, incluida la ex gobernadora de Alaska, Sarah Palin, a la que había animado a ser candidata a vicepresidenta como "ejemplo de todo lo que es bueno y verdadero".