Nasser Zafzafi es la voz del Movimiento Popular en Alhucemas y el Rif, que defiende los derechos de los ciudadanos en esta región del norte de Marruecos. El desencadenante de este grupo y de sus manifestaciones, hasta el momento pacíficas, fue la muerte del vendedor ambulante de pescado Mouhcine Fikri, aplastado por un camión de la basura el 27 de octubre cuando intentaba recuperar la media tonelada de pez espada que le había requisado la policía por no estar permitida su captura en ese periodo de tiempo. "Lo que le ha pasado a Fikri nos ha pasado a nosotros también; y si nos callamos ahora, esto continuará. Por eso hay que salir a pararlo", aseguró Nasser Zafzafi en una entrevista con EL ESPAÑOL.
Desde entonces se suceden las movilizaciones en Alhucemas y los pueblos de los alrededores. También cuentan con el apoyo de otras ciudades marroquíes como Nador y Tánger; e incluso con algunas europeas. Inmigrantes rifeños se concentraron en varias ocasiones delante de las embajadas y consulados de Marruecos en Madrid, Barcelona o Ámsterdam. De hecho, hay acusaciones de que el Movimiento Popular estaría financiado desde Holanda, donde han emigrado muchos ciudadanos del Rif; o que detrás, a la sombra, podría haber intereses políticos.
Sin embargo, Nasser Zafzafi defiende, "nuestras manos están limpias de cualquier sello político. Nos empuja la convicción, con fuerza y determinación, hacía un cambio. Ese es nuestro empuje, no hay ningún sello político ni interés extranjero como quieren alimentar los aparatos del Majzén o mediante asociaciones dentro que obedecen sus órdenes, porque nosotros hemos rechazado a estos partidos o asociaciones que nacen en la cuna de ese régimen dictatorial".
La situación de esta región norteña, tranquila hasta el momento, puede cambiar; porque mientras realizamos esta entrevista, Alhucemas está controlada por la policía y los antidisturbios que el día 4 de enero disolvieron una manifestación convocada por el Movimiento Popular en protesta porque la plaza, donde realizan las reuniones con los vecinos y se celebran las manifestaciones, estaba siendo vallada para celebrar allí una feria.
El régimen vulneró el artículo 22 de su Constitución al intervenir con fuerza para disolver una manifestación pacífica
Un comisario adjunto con megáfono en mano anunció las penas y castigos a los que se iban a enfrentar los ciudadanos congregados si continuaban en la plaza. La gente no se movió hasta que los antidisturbios lanzaron bombas de humo y comenzaron las carreras y la dispersión. Nasser mantiene que "el régimen vulneró el artículo 22 de su Constitución al intervenir con fuerza para disolver una manifestación pacífica" con varios heridos y 30 detenidos, que fueron puestos en libertad a lo largo de la madrugada.
"Durante la tarde del miércoles 4 no pararon de entrar elementos de represión, furgones y autobuses con policía, el puerto está tomado por la marina, el aeropuerto por el Ejército, las calles de Alhucemas están plagadas de policías con uniformes y de paisano". En respuesta al control policial, el 5 de enero el Movimiento Popular convocó una huelga general para al día siguiente, que fue "secundada por el 90%, entre ellos estudiantes y pequeños comerciantes"; y una concentración en la misma plaza que posteriormente fue desconvocada "pensando en la integridad física de nuestra gente", asegura Nasser.
La plaza de los Mártires, en el centro de la ciudad, sigue vallada con varios furgones en el centro y junto a cada valla hay una pareja de policías. "A nuestros mayores les recuerda las revueltas del Rif del 58 y 59 en contra el Gobierno central marroquí. Los entendemos, pero nosotros al no vivirlo no tenemos miedo", asegura Nasser.
Zafzafi se considera un ciudadano más del movimiento que "busca avances para nuestra tierra -el Rif- que ha sentido la hogra, la humillación". Han salido a la calle para decir "basta ya a esta política estructural del Majzén que impera en nuestra tierra desde hace mucho tiempo". La 'hogra' es un término popular de connotación negativa que viene del árabe argelino, y Nasser lo define como "un sentimiento, como el amor o el odio, que sienten las personas cuando otra persona, institución o sistema con más poder vulnera sus derechos". El activista pone el ejemplo de cuando un ciudadano tiene un terreno y alguien con más poder se lo quita por el bien general, pero luego se lo vende a empresas particulares o privadas.
"Yo también he sentido la 'hogra', buscaba trabajo y no encontraba nada; me puse enfermo, entré en el hospital y no sentí que les importaba mi estado de enfermedad; fui a las instituciones burocráticas y sentí humillación por parte de los responsables", se queja el activista. Abandonó los estudios porque tenía que ayudar a su familia y ha trabajado como agente de seguridad, además tuvo una pequeña tienda de telefonía. Sin embargo, con 37 años ha pasado gran parte de tiempo en el paro y ahora tampoco tiene trabajo.
Durante más de un mes las protestas se sucedieron sin incidentes, hasta que en la localidad de Ait Abdelah a 30 kilómetros de Alhucemas sufrieron los primeros ataques, que se intensificaron el 25 de diciembre en Nador, donde hubo dos heridos con arma blanca. Según ha podido saber EL ESPAÑOL, el sábado 24 de diciembre por la tarde se celebró una reunión en la Delegación de Gobierno de Nador. Delegado y jefes de la policía pidieron a un conocido activista pro marroquí de la organización irrendentista Comité de Coordinación para la Liberación de Ceuta y Melilla que "dispersara la protesta prevista para ese domingo de cualquier manera".
Uno de los objetivos era Nasser Zafzafi porque ataca abiertamente al Mazjén, la oligarquía que verdaderamente constituye el poder fáctico en Marruecos al controlar la economía, el Ejército, los servicios de información y el poder Judicial, con el rey y sus familiares en la cúpula. Zafzafi detalla que "en el acto pacífico aparecieron mercenarios del Majzén con espadas y cuchillos para intimidar a la gente. Todos ellos con antecedentes judiciales, drogados y bajo los efectos del alcohol".
La sociedad de Nador y las ONGs locales condenaron estos actos violentos y pidieron explicación a los ministros de Justicia e Interior de "por qué la policía no intervino para evitar los ataques". Desde Nador explicaron a este medio que organizaciones internacionales de derechos humanos "se están movilizando para denunciar ante Naciones Unidas que Marruecos no protege a la minoría ideológica del Rif".
Protestas en las calles
El Movimiento Popular sale a las calles y plazas no solo para reivindicar que se haga justicia por la muerte de Fikri, también reclaman la apertura de otros expedientes judiciales parados, como la muerte de cinco chicos fallecidos durante el 20 de febrero, movimiento que surgió en Marruecos paralelamente a la Primavera Árabe en Túnez y Egipto. "El modus operandi es el mismo, hay unas falsas negociaciones iniciales para neutralizar la ira de la gente, y después los informes se quedan escondidos en cajones. Lo que le ha pasado a Mouhcine nos ha recordado todos los asesinatos cometidos por este sistema. Si ahora reculamos, pasarán cosas peores y nunca habrá investigaciones serias. Simplemente se responsabiliza a los más débiles para camuflar a los altos cargos, que son los auténticos responsables de estos crímenes", denunció Zafzafi.
En el momento de la muerte de Fikri, Nasser incluso se dirigió personalmente a hablar con las autoridades locales, con el representante del rey en la región y con el responsable del Tribunal de Justicia "para exigir garantías y recordarles casos anteriores".
Otra petición del Movimiento Popular es levantar la militarización de la ciudad de Alhucemas, de manera concreta, y del Rif, en general. "Esta naturaleza militar de la zona es peligrosa porque reprime la región por todos los costados. Y lo podemos ver ahora, como a raíz de las protestas pacíficas la zona está reprimida debido a esta naturaleza".
La edificación de un hospital y de universidades; y que se investiguen los lobbies del puerto y de la construcción son más demandas de índole social y económica, que "buscan sacar a nuestro Rif de esta represión, abandono, humillación y corrupción", explica Nasser.
Este líder, aunque no le gusta que le llamen así, no tiene en cuenta que Mohamed VI realizó su primer viaje cuando subió al trono al Rif y que cada verano pasa unos días de vacaciones en las playas de Alhucemas. Para él, "la política de Mohamed VI y de Hassan II es la misma. La única diferencia es que el padre vino con tanques y el hijo viene con una política sutil, poco a poco, hasta conseguir su objetivo. Todo lo contrario, nosotros pensamos que ésta es más peligrosa. Estamos más enterrados, más acorralados. Llegó para reconciliarse con la zona, pero solo se ha producido la reconciliación con determinados individuos. La reconciliación tiene que partir del levantamiento de ese decreto que considera esta zona militarizada, levantar la represión y que las industrias ayuden al avance de la región".
En paradero desconocido
A Zafzafi no le gustan ni el término "primavera árabe porque excluye a los amazigh" ni que comparen el caso de Mouhcine Fikri con el de Mohamed Bouazizi, el vendedor tunecino que desencadenó las protestas en el mundo árabe, incluso el derrumbe de gobiernos. El denominador común es la 'hogra', pero "Bouazizi se suicidó, mientras que Fikri se opuso. Intentó hacer oposición al abuso del Majzén que le confiscó su mercancía y la arrojó en el interior de un camión de la basura vulnerando todo tipo de procesos que se deben llevar a cabo en estos casos y, sobre todo, vulnerando derechos humanos básicos".
En estos momentos Nasser Zafzafi está en paradero desconocido, muy protegido por el resto de miembros del Movimiento Popular, para evitar que los servicios secretos y fuerzas de seguridad le localicen y le arresten. "La detención no es algo extraño. El sistema majzení no quiere que la gente denuncie su política podrida, corrupta, humillante y dictatorial. Pero el movimiento popular no nace desde Nasser Zafzafi, es todo un pueblo. ¿A cuántos van a detener? El ciudadano está convencido de que este movimiento representa a toda la ciudadanía del Rif, no me representa solo a mí. Este movimiento es irreversible, con Nasser o sin él", afirmó Zafzafi.
Su vida ha cambiado mucho, de ser un anónimo, ahora siente una gran responsabilidad que la ciudadanía ha depositado en él, que se ha convertido en la voz de las reivindicaciones del Rif.