El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, advirtió hoy a su homólogo estadounidense, Donald Trump, de que "nunca" aceptará su apoyo militar a las milicias kurdas en Siria y que eso "va en contra" de los acuerdos que rigen la relación bilateral.
En una declaración a la prensa después de reunirse con Trump en la Casa Blanca, Erdogan insistió en su oposición a la decisión de Estados Unidos de entregar armamento pesado a las milicias kurdosirias Unidades de Protección Popular (YPG) para la ofensiva contra Al Raqa, principal feudo del yihadista Estado Islámico.
"Tomar en cuenta en la región al YPG y (su partido político) el PYD nunca será aceptado y estará en contra del acuerdo global que hemos alcanzado", dijo Erdogan. "No deberíamos permitir que esos grupos manipulen la estructura religiosa o étnica de la región con el terrorismo como pretexto", añadió.
EEUU apoya a las YPG y considera a estas fuerzas laicas las más efectivas contra los yihadistas, pese a que Turquía las define como "terroristas" por sus vínculos con la guerrilla activa en suelo turco Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).
Trump, por su parte, no hizo ninguna referencia a su decisión de armar a las milicias kurdosirias y se limitó a destacar la importancia de trabajar con Turquía en la lucha contra el Estado Islámico (EI), al que ambos combaten juntos en Irak y Siria bajo la coalición internacional liderada por Washington.
Lucha contra el Estado Islámico
"Apoyamos a Turquía en su lucha contra el terrorismo y contra grupos terroristas como el EI y el PKK", indicó Trump. El mandatario también expresó su apoyo a "cualquier esfuerzo para reducir la violencia en Siria", cuya guerra civil "es un golpe a la conciencia del mundo entero", y aseguró que hablaría con Erdogan sobre cómo "reforzar la relación comercial" bilateral.
Erdogan insistió además en sus "expectativas" respecto al predicador islamista Fethullah Gülen, autoexiliado en Pensilvania (EEUU) y al que Ankara acusa de haber instigado el fallido golpe militar del pasado julio.
Las autoridades turcas han exigido en más de una ocasión la extradición del predicador, mientras que Washington ha argumentado que es la Justicia estadounidense la que debe decidir ese paso en función de los documentos acusatorios aportados, que hasta ahora consideran insuficientes.