El predicador islamista Fethullah Gülen, al que Turquía acusa de orquestar el golpe de Estado fallido del que hoy se cumple un año, calificó de "despreciable" y "deplorable" esa asonada y lamentó la "caza de brujas" que se ha desatado desde entonces.
"Este último año me he sentido afectado mientras castigaban a cientos de ciudadanos turcos inocentes simplemente porque el Gobierno consideraba que de algún modo estaban vinculados conmigo", expresó en un comunicado hoy Gülen, que vive exiliado en Pensilvania, Estados Unidos.
"Las vidas de demasiados inocentes han oscurecido. Han sido ilegalmente despedidos de sus trabajos, detenidos e incluso torturados, todo bajo la dirección del Gobierno", añadió.
Gülen, al que Turquía ha pedido en extradición, dijo que Ankara "ha fracasado" en su intento de "convencer a los líderes mundiales de las acusaciones" en su contra y animó a los intelectuales turcos a que "levanten sus voces y se solidaricen con todas las víctimas de la persecución".
Llama a defender la Justicia
También pidió a los miembros del sistema judicial que "resistan las presiones políticas y defiendan los principios universales de la Justicia".
En doce meses bajo el estado de emergencia impuesto el 20 de julio de 2016, pocos días después de la asonada, más de 130.000 personas han sido detenidas y unas 50.500 están en prisión preventiva.
Además, 140.000 empleados públicos han sido despedidos de sus puestos de trabajo y los afectados prácticamente no han podido recurrir la medida o reivindicar sus derechos ante los tribunales.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, defendió este jueves estas medidas con el argumento de que los cesados, supuestamente seguidores de Gülen, habían traicionado al Estado.