Berlín

Se estima que unos quince millones de alemanes se han sentado ante sus televisores en la noche de este domingo para seguir el debate televisado entre Angela Merkel, canciller germana y lideresa de la conservadora Unión Cristiano Demócrata (CDU), y Martin Schulz, aspirante a la jefatura del Gobierno del Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD). Esa confrontación era el momento más importante –sino el más decisivo– de la hasta ahora tranquila campaña que vive el país, cuyos ciudadanos están llamados a votar en las elecciones generales del próximo 24 de septiembre. Las primeras encuestas dan como ganadora del debate a la presidenta del país.

Merkel resiste a las últimas balas de Schulz

En vista de cómo Merkel supo contener los ataques de Schulz sobre el plató berlinés en el que cruzaron argumentos, la carrera electoral de la canciller sigue sobre seguro. Su rival, sin embargo, parece haber agotado sus recursos. En el debate, el arsenal retórico de Schulz resultó insuficiente para poner en dificultades a la jefa del Gobierno germano. Esto a pesar de que las preguntas de los cuatro periodistas encargados de entrevistar a ambos líderes que, alternando preguntas a uno y a otro, abordaron temas de especial relevancia. Tuvieron especial importancia la crisis de los refugiados, inmigración, la integración, el papel del Islam en la sociedad o la tensa relación con Turquía.

Tuvieron más importancia que el resto la crisis de los refugiados, la inmigración, la integración, el papel del Islam en la sociedad o la tensa relación con Turquía. A estos asuntos, junto a los relacionados con otros tema de política exterior, se dedicó gran parte del debate. Poco más de media hora de los noventa minutos totales del debate estuvieron dedicados a asuntos puramente alemanes.

“Globalmente, hubo unos temas de los que no se habló o de los que se habló muy poco, especialmente la digitalización, la educación y la justicia social”, comentaba a EL ESPAÑOL tras el debate Joachim Trebbe, experto en comunicación política de la Universidad Libre de Berlín.

Precisamente sobre el tema de la crisis de los refugiados, Schulz comenzó su ofensiva reprochando a Merkel que debería haber buscado más unidad en Europa a la hora de tomar decisiones. “Habría que haber implicado a los socios europeos”, dijo Schulz. “Hacer lo mismo que en 2015 es algo que no puedo recomendar”, abundaba después de que Merkel defendiera su gestión de situaciones críticas que obliga a “mantener principios”.

Schulz daba cuenta con ese comentario que había venido a sacar de la comodidad con la que Merkel ha venido haciendo campaña hasta ahora. “Esta campaña está resultado aburrida. Merkel hace lo que tiene que hacer y poco más, con citas que no se salen de lo normal, todo cuanto hace Merkel parece pura rutina”, según Trebbe. Las intervenciones de Merkel ante Schulz no fueron una excepción. Anoche veía Trebbe a Schulz ligeramente como ganador, pero en una “victoria a los puntos”.

Pese a que Schulz probó usar un tono punzante durante los 90 minutos que duró el duelo, no pudo evitar estar de acuerdo con Merkel en cuestiones como el papel del Islam en la sociedad germana. “Cuatro millones de musulmanes contribuyen al éxito de Alemania. Por eso pertenece el Islam a Alemania”, señaló la canciller. “El Islam es una religión como cualquier otra. No dejemos que un porcentaje de fanáticos del 3% ó 4% desacrediten el Islam. En puntos como ese se observaba que CDU y SPD han gobernado cuatro años sin mayores problemas en una gran coalición.

Periodistas alemanes ven el debate entre Merkel y Schulz. Reuters

En sus esfuerzos por diferenciarse de Merkel, Schulz afirmaba que con él de canciller Turquía dejaría las negociaciones por entrar en la Unión Europea. “El único lenguaje que comprende el Gobierno en Ankara es: 'ahora se ha terminado'”, manifestó Schulz. Del comportamiento represivo en el poder presidente Recep Tayyip Erdogan, Schulz manifestó que el jefe del Ejecutivo turco ha generado una situación en la que “todas las líneas rojas están rebasadas”. A la canciller se la vio menos beligerante en este tema, comentando “nunca haber visto” una entrada de Turquía en la UE.

Uno de los momentos de mayor tensión vivido entre los entrevistadores y los políticos llegó cuando Schulz se dirigió directamente a Merkel, pese a las vanas tentativas de los periodistas para que no lo hiciera, después de que ella acusara al SPD de dejar que los policías del Land de Renania del Norte Westfalia “se sintieran abandonados”. Merkel dijo que esa situación explicaba que el SPD hubiera perdido el poder allí en las pasadas elecciones regionales, celebradas en mayo.

En este punto recordó Schulz con ingenio a Merkel que el mayor nivel de criminalidad en Alemania se encuentra en una región manos de la CDU. “¿Sabe usted dónde estaba en 2016 el mayor nivel de criminalidad?”, preguntó el socialdemócrata. Schulz hizo la pregunta sin el permiso de los moderadores. La canciller dudó y dijo: “¿Dígamelo sin más?”. “Sajonia-Anhalt. Gobernada por la CDU”, respondió Schulz.

“Error vergonzante” del SPD antes del debate

Eso sí, Schulz tenía muy claro su plan, a pesar de lo mal que empezó el día para los socialdemócratas. Horas antes del duelo se produjo el que ha sido considerado como “el primer gran error del SPD en esta campaña”. A saber, la publicación trece horas antes del debate televisado de un anuncio de la formación socialdemócrata en Internet en el que se leía a propósito del enfrentamiento: “Merkel pierde – comprensible ante Martin Schulz”.

Una captura de pantalla tuiteada por el político de la CDU Jan Günther contribuyó a que el anuncio no pasara desapercibido. Incendió los canales de las redes sociales que estaban pendientes del debate. Antes de que éste comenzara, los grandes medios ya habían informado de este “error vergonzante”, según los términos en los que hizo referencia la propia directiva del SPD, que acabó pidiendo "perdón por la confusión”.

No empezaba bien Schulz una jornada clave de la campaña en la que él y su partido deseaban utilizar el debate para alterar el curso de la carrera electoral. En concreto, los socialdemócratas querían que su candidato, gracias a su intervención de anoche, pudiera movilizar a los indecisos. Todavía hay un 46% del electorado que no sabe a quién votará el 24 de septiembre, según un estudio de finales de agosto firmado por el Instituto para la Demoscopia Allensbach para el diario conservador Frankfurter Allgemeine Zeitung.

Una diferencia insalvable en los sondeos

Es probable que anoche hubiera indecisos ante sus pantallas. Pero no todos los eran. Pro eso, Trebbe, el experto de la Universidad Libre de Berlín, recuerda que “la gente que ve el debate es la gente que se interesa por la política, no son aquellos que no saben nada de la campaña y que no la siguen”. Aunque Schulz se esforzara en presentar las bondades de la gestión de los socialdemócratas y sus intenciones, no está claro que el SPD lograra anoche su principal objetivo.

Éste no era otro que recuperar “el retraso” en los sondeos de los socialdemócratas frente a la CDU, según los términos de Thomas Oppermann, el líder del SPD en el Bundestag. Pero ese retraso “no es especialmente ajustado”, dice de forma eufemística Trebbe. Según los últimos sondeos de intención de voto, la CDU saca al SPD entre 14 y 18 puntos porcentuales. Hoy por hoy esa distancia parece insalvable. Por lo menos, es demasiado amplia como para que Schulz la pueda recortar ostensiblemente con los 90 minutos de debate. Sobre todo, si Merkel se muestra inmune a sus ataques.

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