Kenia repetirá sus elecciones presidenciales el próximo 17 de octubre, según ha anunciado este lunes la Comisión Electoral.
Según un comunicado emitido por la autoridad electoral, los únicos candidatos que podrán presentarse a esta nueva votación serán el actual jefe de Estado y el líder de la oposición, Raila Odinga, cuya coalición, la Super Alianza Nacional, presentó el recurso que ha motivado la anulación judicial.
En este sentido, la Comisión pide al Supremo que emita cuanto antes su resolución completa sobre el caso para detectar con precisión el origen del problema y tratar de ponerle solución.
El pasado viernes, tras una semana de vista pública para escuchar a las partes afectadas, el Tribunal leyó únicamente parte de su dictamen, en el que responsabiliza a la Comisión Electoral de las irregularidades y concluye que "la declaración de Uhuru Kenyatta como presidente electo no fue válida".
Los comicios celebrados el 8 de agosto, en los que el presidente del país, Uhuru Kenyatta, revalidó su cargo, fueron anulados el pasado viernes por el Tribunal Supremo al detectar irregularidades en el proceso.
El líder de la oposición de Kenia, Raila Odinga, denunció al día siguiente de los comicios que el sistema informático de recuento de votos de las elecciones generales fue pirateado usando la identidad del director de telecomunicaciones de la Comisión Electoral, Chris Msando, que fue asesinado.
Como consecuencia el Tribunal Supremo de Kenia anuló el 1 de septiembre los resultados de las elecciones y ordenó celebrar nuevos comicios en los próximos 60 días, invalidando así la victoria del presidente Uhuru Kenyatta.
El Supremo aseguró que la Comisión Electoral "cometió irregularidades" durante las elecciones que "afectaron a la integridad del proceso", que terminó con la victoria del jefe de Estado con un 54 % de los votos.
Protestas postelectorales
Tras los comicios y la denuncia de la oposición se generaron protestas en todo el país que acabaron la vida de más de un centenar de personas, entre las cuales hubo menores.
La Policía de Kenia se dispersó con gas lacrimógeno y disparos al aire a decenas de personas que bloquearon con barricadas las calles.