Los rohinyás huídos de Birmania (Myanmar), que fueron localizados en varias partes del país, deberán regresar a los campos de refugiados habilitados para ellos.
Los campamentos, situados en el distrito de Cox's Bazar (en el sureste del país y fronterizo con Birmania), acogían ya a rohinyás llegados a Bangladesh antes de que estallara la última crisis el pasado 25 de agosto y están siendo ampliados para albergar a los nuevos refugiados de esta minoría, que ascienden a más de 400.000.
"En el distrito de Chittagong -limítrofe con Cox's Bazar- hemos enviado de vuelta a los campamentos a 298 rohinyás", explicó hoy a Efe un superintendente de la Policía del distrito, que pidió el anonimato.
Según la fuente policial, la mayoría de ellos se encontraban a la intemperie, por lo que cuando recibían el aviso de su presencia en un cierto lugar les ayudaban ofreciéndoles "una ducha, algo de alimento, tratamiento médico si lo requerían y algo de dinero", antes de enviarlos de vuelta en autobuses a los campamentos.
"Ninguno de ellos fue detenido o arrestado", anotó el agente, un extremo confirmado ayer por el jefe de la Policía de Bangladesh, AKM Shahidul Hoque, que dijo que aunque los rohinyás habían entrado de manera ilegal en el país, por motivos humanitarios no serían encarcelados y únicamente los enviarían de vuelta a los campamentos.
La Policía seguía así las directrices dadas el pasado sábado por las autoridades bangladesíes, que obligaban a los rohinyás a permanecer en un campamento determinado, limitando su libertad de movimientos en el país hasta que "regresen a casa".
Una portavoz de la Policía en el cuartel general en Dacca, Soheli Ferdousi, reveló a Efe que además de en Chittagong, otros rohinyás fueron localizados y enviados de vuelta a Cox's Bazar en el distrito de Manikganj (centro del país) y Sunamganj (noreste).
"Más de 200 rohinyás fueron enviados de vuelta a Cox's Bazar desde varios distritos, incluido Chittagong", dijo Ferdousi, sin aportar más detalles.
Al menos 415.000 rohinyás han huido a Bangladesh desde el pasado 25 de agosto por la ola de violencia desatada en Birmania, donde el Ejército lleva a cabo una campaña militar en respuesta a un ataque de un grupo de insurgentes rohinyás contra puestos policiales.
Entre 300.000 y 500.000 rohinyás vivían ya antes de esta crisis en Bangladesh, país que solo reconoce como refugiados a 32.000 de ellos, afincados en los campos de Cox's Bazar, mientras que Birmania no reconoce la ciudadanía a los miembros de esta comunidad.