La Marina de Túnez ha rescatado a cerca de un centenar de inmigrantes de un barco que naufragó frente a sus cosas a última hora del lunes, horas después de la muerte de ocho migrantes por el hundimiento de otro barco en la misma zona, según han contado las autoridades locales.
Los dos naufragios coinciden con la puesta en marcha de las patrullas conjuntas que realizan las Marinas de Túnez y de Italia para tratar de detener el flujo de inmigrantes con destino a las costas europeas, según ha informado el Ministerio de Defensa tunecino.
La costa de Túnez se ha convertido en uno de los puntos de salida para las redes de tráfico de personas que trasladan a los inmigrantes por el mar Mediterráneo con destino a Europa.
Los barcos de madera llenos de inmigrantes, incluidos algunos tunecinos que deciden tratar de buscar suerte en Europa, han comenzado a llegar hasta las costas sicilianas, en algunas ocasiones a plena luaz del día.
La actividad desde Libia, que hasta hace poco era el principal punto de partida de la ruta por el Mediterráneo, se ha reducido desde julio, cuando su Guardia Costera y un grupo armado reforzaron los controles en el puerto de Sabratha.
El Ministerio del Interior ha informado este martes de que a última hora del lunes la Guardia Costera rescató a 98 tunecinos, incluidos tres niños, que se encontraban en un barco hundido cerca de la isla de Kerkená.
Horas antes, ocho personas murieron en un barco que naufragó en esa misma zona y que llevaba a decenas de inmigrantes. El barco se hundió tras colisionar con un buque de la Guardia Costera tunecina. Túnez ha sido elogiado por su transición a la democracia desde 2011, cuando las manifestaciones masivas empujaron al anterior mandatario, Zine el Abidine Ben Alí, a abandonar el poder.