Theresa May está rodeada. Desde que perdió en junio la mayoría absoluta sufre un proceso de degradación del poder y la confianza. Jeremy Corbin, líder laborista de la oposición, ya pidió entonces su dimisión y ahora desde su propio partido 40 diputados se han unido dispuestos a firmar una carta de censura para forzar su salida contrariados, entre otras cosas, por el fracaso en las negociaciones con la UE para gestionar el Brexit.
El programa de negociaciones recogía la posiblidad de que el mes que viene se hubiera llegado a un acuerdo previo. Sin embargo, el francés Michel Barnier, negociador de la Unión Europea (UE) para el Brexit, reconoció que, aunque se ha avanzado en algunos aspectos, no descarta fracasar y que ya prepara planes para afrontar esa eventualidad.
Londres y Bruselas celebraron ya su sexta ronda de negociaciones sin que de momento se hayan conseguido avances sobre los términos de la ruptura, lo que ha creado una gran incertidumbre para las empresas y para los comunitarios que viven en el Reino Unido.
"Nosotros estamos haciendo preparativos técnicos para ello. No es mi opción preferida pero es una posibilidad. Todo el mundo tiene que planificarlo, tanto los estados como las empresas", ha declarado a Le Journal du Dimanche el responsable de la UE. "El 29 de marzo de 2019 el Reino Unido será un país tercero", ha anticipado.
May prefiere un acuerdo comercial
Las negociaciones se alargarán al menos "dos años más". Si no se llegara a buen puerto la situación sería difícil y afectaría a situaciones cotidianas como "a la capacidad de los aviones británicos para aterrizar en Europa".
La Unión Europea ofrece a Reino Unido permanecer en la unión aduanera y el mercado único. May, por su parte, sigue interesada en un acuerdo comercial. Barnier afirma que si no se consigue un acuerdo las relaciones del país británico con la UE pasarían a estar reguladas por la Organización Mundial del Comercio, que es la relación que mantiene Bruselas, por ejemplo, con China.
Respecto a la frontera con Irlanda, Barnier se mostró partidario de no crear una "frontera dura" y de no "debilitar el proceso de paz que no es tan lejano".
Revuelta en los tories
Esta situación ha provocado que los tories se vuelvan contra May. El malestar por cómo están transcurriendo las negociaciones con la UE ha provocado que 40 diputados hayan planteado la posibilidad de echar a la primera ministra. Para ello, están dispuestos a firmar una carta de censura. Sólo harían falta ocho apoyos más para forzar una elección interna en el liderazgo del partido.
A la crisis por el bloqueo de las conversaciones en Bruselas se le suma la polémica de los escándalos sexuales protagonizados, presuntamente, por algunos miembros de su ejecutivo. May también ha visto como Priti Patel, ministra de Cooperación Internacional, dimitió por sus controvertidas reuniones no oficiales y no autorizadas con destacados miembros del Gobierno israelí.
El próximo martes será debatido en el Parlamento el proyecto de ley del Brexit. Los partidos podrán hacer enmiendas en esta fase. La salida, prevista para el 29 de junio de 2019, debe ser apoyada por este proyecto, si se aprueba.
Corbyn, igual que en junio, ha olido la sangre. En un artículo publicado por el diario Sunday Times ha pedido a May que "gobierne o se marche". "Se dan todas las señales de no tener el poder", ha incidido.
"Vendría bien pasar a la oposición"
Y ha señalado la paradoja que encierra a la primera ministra. ¿Fue primero la debilidad o la parálisis del Brexit? "May está en una situación muy débil para negociar. La crisis en el Gobierno debilita la posición del Reino Unido", ha afirmado Corbyn.
Los diputados tories coinciden con el líder laborista y han llegado a decir en pivado que Theresa May es un problema ante el Brexit. Se ha planteado incluso la posibilidad de pasar a la oposición para reorganizarse.
"Es una cosa horrible de decir, pero estamos más y más cerca del punto en que necesitamos un tiempo en la oposición para reagruparnos", dijo un miembro del Gobierno cuyo nombre el dominical no menciona.