El alto comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Zeid Ra'ad Al Hussein, dudó de la legitimidad de las próximas elecciones en Camboya tras la decisión del Tribunal Supremo del país de disolver el principal partido de la oposición.
El Tribunal Supremo camboyano ordenó ayer la disolución del Partido por el Rescate Nacional de Camboya (PRNC) y la inhabilitación por cinco años de 118 de sus dirigentes al considerar que conspiraron con agentes extranjeros para derrocar al Gobierno.
El fallo siguió al encarcelamiento en septiembre del líder de la formación opositora, Kem Sokha, acusado de traición, el cierre de diversos medios de comunicación críticos y la expulsión de una organización estadounidense dedicada a promover la democracia.
"Una democracia multipartidista requiere una oposición que pueda operar con libertad sin intimidación ni amenazas, y lo mismo se aplica en unas elecciones creíbles, libres y justas", dijo Zeid, citado en un comunicado.
"El uso de la ley contra el PRNC y sus miembros es una pantalla de humo. Las acusaciones (...) fueron vagas, como fueron las justificaciones legales para disolverlo", agregó, recordando que ninguna de las alegaciones habían sido probadas en una corte de justicia.
El máximo responsable de derechos humanos de la ONU alertó que la disolución del partido es una gota más en un proceso de represión de las libertades democráticas que se ha concretado en la suspensión de grupos de la sociedad civil, el cierre de medios de comunicación, y amenazas contra periodistas individuales.
"Un componente esencial de todas las democracias es una sociedad civil vibrante, lo que incluye ONG y la prensa que, a veces, pueden ser críticos con el gobierno", recordó.