"Hoy, con la ayuda de Dios y los esfuerzos de los pueblos de la región, podemos decir que este mal ha sido eliminado o reducido. Por supuesto, los remanentes seguirán existiendo, pero sus bases han sido desmanteladas", aseguró el presidente iraní, Hasan Rohaní.
En una conferencia en Teherán, el mandatario agradeció a todas las fuerzas implicadas "sus esfuerzos para terminar con un grupo que solo trajo el mal, la miseria, la destrucción y el asesinato".
Rohaní destacó el papel en esta victoria de "todos los guerreros del islam" y de las Fuerzas Armadas de Siria e Irak, así como de los diplomáticos, el Gobierno y el pueblo de Irán.
"La mayor parte del trabajo fue realizado por el pueblo y los ejércitos de Siria e Irak, con la ayuda de países de la región, especialmente la República Islámica de Irán. Nosotros les ayudamos en base a nuestro deber religioso", aseveró.
Irán ha respaldado al régimen de Al Asad y también al Gobierno iraquí con asesores militares de los Guardianes de la Revolución y combatientes voluntarios chiíes de nacionalidad iraní, afgana y pakistaní.
El EI proclamó un califato en 2014 en vastos territorios del centro y norte de Siria e Irak bajo su control, que ha ido perdiendo paulatinamente en los últimos dos años.
Las fuerzas sirias, con el apoyo de la citadas milicias chiíes tomaron el pasado domingo, por segunda vez, Albukamal, en la provincia de Deir al Zur y fronteriza con Irak, el mayor bastión urbano que quedaba en manos de los yihadistas en Siria.
A Albukamal se desplazó antes del asalto final el general de los Guardianes de la Revolución y comandante de la Fuerza Quds, Qasem Soleimaní, el hombre fuerte de Irán en la lucha contra los extremistas.
Soleimaní envió hoy un mensaje al líder supremo iraní, Ali Jameneí, para ratificar que con la liberación de Albukamal se ha puesto "fin" al gobierno de los yihadistas en Siria.
Recordando a los miles de iraníes, iraquíes, sirios, libaneses, afganos y pakistaníes que murieron en esta lucha, el comandante felicitó a "los Gobiernos de Siria e Irak y a todos los musulmanes por la caída del Daésh (acrónimo en árabe del EI)".
En su mensaje, Soleimaní también destacó el apoyo del Gobierno, el pueblo, el Parlamento y las Fuerzas Armadas de Irán en la guerra en Siria e Irak contra el EI, así como el papel de las milicias chiíes y del grupo libanés Hizbulá.
El general aprovechó su misiva para denunciar que "todas las actividades delictivas del Daésh (acrónimo del EI en árabe) fueron planeadas y ejecutadas con la ayuda de los líderes y organizaciones relacionadas con EEUU".
Rohaní también denunció el rol jugado por EEUU, así como por Israel y Arabia Saudí.
"El EI es un grupo terrorista que fue alimentado y armado por las principales potencias mundiales y algunos países reaccionarios de la región", subrayó, para más adelante en su discurso precisar que los yihadistas eran "criminales respaldados por los estadounidenses y el régimen sionista".
El mandatario también criticó la ineficacia de la Liga Árabe, que el pasado domingo denunció las políticas de Irán en Oriente Medio en duros términos.
"Cuando el pueblo iraquí estaba bajo el ataque del EI y el pueblo sirio luchaba contra el EI en Alepo y Deir al Zur (...) ¿dónde estaba la Liga Árabe?", se preguntó.
Al margen de los logros militares, Rohaní también se refirió a los esfuerzos diplomáticos desplegados en las conversaciones de paz sirias de Astaná, auspiciadas Rusia, Irán y Turquía.
El presidente iraní se reunirá mañana con sus homólogos de Rusia, Vladímir Putin, y Turquía, Recep Tayyip Erdogan, en la ciudad rusa de Sochi para impulsar un nuevo formato de negociaciones políticas.
Rusia, Turquía e Irán son garantes del alto el fuego decretado en Siria hace casi un año y han logrado crear en ese país cuatro zonas de distensión.
Antes de ese esperado encuentro, Putin se entrevistó ayer en Sochi con Al Asad, al que Rusia ha apoyado con su aviación militar en la lucha contra el EI y contra la oposición armada.
El presidente ruso remarcó que aunque el terrorismo es un fenómeno global que está lejos de resolverse, la operación militar conjunta en territorio sirio "está llegando a su término".
Con el autoproclamado califato del EI destruido, llega el momento de centrarse en el proceso político para hallar una solución a la guerra que desangra Siria desde 2011.