Más de 33.761 inmigrantes perecieron intentando cruzar el mar Mediterráneo entre el año 2000 y junio de 2017, lo que convierte esta frontera sur de Europa en las más mortífera del mundo, según las estimaciones de la Organización Internacional de las Migraciones (OIM).
La OIM publicó un nuevo informe que analiza los cruces del Mare Nostrum llevados a cabo por inmigrantes indocumentados desde 1970 hasta el presente.
En total, la OIM calcula que 2,5 millones de inmigrantes atravesaron el Mediterráneo de forma clandestina desde 1970, de los cuales más de 33.761 perecieron en el intento entre el año 2000 y junio de 2017, dado que los registros no reflejan la totalidad del problema.
El mayor número de muertes se registró en 2016 (5.096), precisamente en la ruta más corta y supuestamente menos peligrosa, la que une Turquía con Grecia, coincidiendo con el éxodo masivo de refugiados sirios.
"Las llegadas irregulares se han incrementado conforme se establecían políticas cada vez más restrictivas", especifica el texto.
En la ruta occidental, la que une el Magreb y África occidental con España, ha habido varias olas a lo largo de la historia que se han ido controlando con medidas represivas.
Si bien en 1999 se contabilizaron 5.000 llegadas a España desde Marruecos, éstas ascendieron hasta las 20.000 en 2003.
Pero acción policial y nuevas leyes de vigilancia tanto en España como en Marruecos controlaron los cruces y provocaron que naciera una nueva ruta, primero desde Mauritania y después desde Senegal hacia las Islas Canarias (España).
Entre 2006 y 2008 cerca de 50.000 inmigrantes se embarcaron en cayucos y llegaron a territorio español, pero el flujo de nuevo se cerró con medidas restrictivas tanto en origen como en destino.