El ex presidente brasileño Lula da Silva intentó hoy salir del sindicato en el que permanece desde el jueves para entregarse a la Policía, pero decenas de militantes bloquearon los portones y lo impidieron.
El exmandatario, junto a su abogado, iba en un automóvil que se disponía a abandonar la sede del Sindicato de los Metalúrgicos de Sao Bernardo do Campo, su cuna política, pero masa humana no le permitió moverse, por lo que salió del vehículo y se dirigió nuevamente al interior del edificio.
La multitud que desde el jueves pasado rodeó el edificio se ha ido reduciendo desde que Lula anunció que se entregará para comenzar a cumplir la pena de 12 años de cárcel que le impuso la Justicia por corrupción, pero aún permanecían en los alrededores varios cientos de personas.
Decenas de ellas se agolparon a las puertas del estacionamiento del sindicato y, en medio de muchos empujones con los responsables de la seguridad de Lula, impidieron la salida del coche.
En las cercanías del edificio, también se encuentran varias camionetas que, al parecer, son de la Policía Federal, que serían encargadas de custodiar al exmandatario hasta el lugar donde se concretará su entrega, que aún no ha sido revelado.
En cualquier caso, una vez que Lula esté en manos de la Policía será trasladado a la ciudad de Curitiba, en el sur del país, donde le espera una celda de 15 metros cuadrados que ha sido preparada especialmente para él.
El auto de prisión contra Lula fue dictado el pasado jueves por el juez federal Sergio Moro, responsable de su caso y quien le dio de plazo para entregarse hasta las 20.00 GMT de este viernes.
Lula ignoró ese plazo y hoy, tras un acto junto a dirigentes del Partido de los Trabajadores (PT) y de movimientos sociales, anunció su decisión de entregarse.