De la evidente sintonía con Emmanuel Macron a la fría y sólo correcta relación con Angela Merkel. En una semana, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha recibido a dos líderes extranjeros bien distintos. Aunque con Macron hubo una mejor relación, ni él ni la canciller alemana han conseguido arrancarle Trump un compromiso para abandone el aislacionismo y el 'America First' que pregona el magnate en su convulso mandato.
En cuanto a Irán, Trump sigue en sus trece y la canciller alemana ha reconocido que el acuerdo nuclear firmado en 2015 fue un primer paso pero "no es suficiente" y se mostró dispuesta a seguir hablando con el presidente estadounidense, Donald Trump, sobre cómo mejorarlo y "contener" la influencia iraní en Oriente Medio.
El acuerdo "no es perfecto. Es una pieza de un mosaico, un bloque sobre el que podemos construir una estructura", dijo Merkel en una conferencia de prensa junto a Trump en la Casa Blanca.
La canciller alemana expresó una postura similar a la manifestada este martes por el presidente francés, Emmanuel Macron, durante su visita de Estado a Washington, pero no aclaró si respalda la propuesta de este de negociar un nuevo acuerdo más amplio con Teherán.
Según fuentes gubernamentales alemanas, el objetivo de Merkel es preservar el actual acuerdo, pero está abierta a que se le puedan sumar elementos adicionales.
En enero, Trump amenazó con retirarse del acuerdo con Irán si los países europeos firmantes (Francia, Reino Unido y Alemania) no negociaban con él cuanto antes un acuerdo paralelo que corrigiera los "defectos" del original.
Trump planea anunciar si sigue en el acuerdo antes del 12 de mayo, fecha en la que tiene que informar al Congreso estadounidense sobre el grado de cumplimiento del pacto nuclear.
El miércoles, Macron pronosticó que Trump "acabará con el acuerdo" nuclear de 2015 "por razones domésticas", a pesar de los esfuerzos europeos por persuadirle de lo contrario.
Trump no dio hoy nuevas claves sobre cuál será su decisión, y se limitó a indicar que había hablado con Merkel sobre cómo "asegurar que el régimen asesino (iraní) no se acerca siquiera a un arma nuclear y acaba con su proliferación de peligrosos misiles" balísticos y "su apoyo al terrorismo".
"No van a tener armas nucleares. Pueden apostar por ello", dijo Trump, quien rehusó aclarar si usaría la fuerza militar para impedir que Teherán obtuviera ese tipo de armamento
Clima tenso
A pesar de que Trump ha calificado de buena la relación con Alemania de Merkel, las imágenes del viaje exprés no dicen lo mismo. Las cámaras captaron numerosas muestras de tensión entre los dos líderes, desde su lenguaje corporal en la conferencia de prensa hasta un incómodo momento en el Despacho Oval, cuando Merkel le preguntó a Trump si quería darle la mano ante los fotógrafos y el presidente estadounidense no respondió.
Hoy, en cambio, Trump sí le dio la mano a Merkel en el Despacho Oval y la definió como una "mujer muy extraordinaria" mientras la canciller alemana sonreía sentada a su derecha.
Merkel agradeció a Trump la "cálida recepción" y expresó su compromiso de "profundizar en las relaciones" bilaterales.
El presidente estadounidense también felicitó a Merkel por su victoria en las últimas elecciones generales en Alemania, el pasado septiembre, y ella reconoció que le llevó un tiempo formar un gobierno, algo que no pudo hacer hasta marzo debido a la larga negociación que fue necesaria para formar una nueva gran coalición.
Ambos tenían previsto ofrecer después de la reunión una conferencia de prensa conjunta, pero la visita de trabajo de Merkel palideció en comparación con el homenaje que Trump dedicó apenas tres días antes al presidente francés, Emmanuel Macron, a quien concedió el honor de protagonizar la primera visita de Estado de su mandato.