El niño británico Alfie Evans, de 23 meses de edad, que sufría una enfermedad degenerativa, cuyos padres plantearon una batalla judicial en su país para trasladarlo a Italia y que fuera tratado allí, ha muerto, informó su padre, Tom Evans.
En un mensaje colocado en la red social Facebook, Evans anunció la muerte del niño con un mensaje: "Mi gladiador ganó su escudo y sus alas a las 02.30... Absolutamente desconsolados".
Los padres de Alfie desafiaron durante los últimos meses a la justicia británica y al hospital donde estaba internado en Liverpool para conseguir que su hijo fuera trasladado a Italia, donde un hospital mostró su disposición a tratarle.
El pontífice se declaró "conmovido por las oraciones y la amplia solidaridad en favor del pequeño" y defendió que se cumpliera el deseo de los padres de "intentar nuevas posibilidades de tratamiento".
El Gobierno italiano concedió la semana pasada la nacionalidad al bebé, en un intento por facilitar su traslado desde el Reino Unido, y puso a disposición de la familia un avión y un equipo médico, pero la Corte de Apelaciones británica cerró el miércoles la puerta definitivamente a esa posibilidad.
Frente al hospital aparecieron esta mañana ofrendas florales, globos, juguetes y velas, acompañados de banderas de Italia y Polonia, países desde los que miles de personas se volcaron especialmente en expresar apoyo a la familia en su lucha para que el bebé continuara recibiendo soporte vital.
Quienes respaldaban a los padres de Alfie llegaron a formar en Facebook la llamada "Armada de Alfie", un grupo con más de 800.000 seguidores.
Pocas horas después de que la madre publicara esta mañana en ese grupo el anuncio de la muerte del bebé, más de 60.000 usuarios habían dejado mensajes en los que expresaban sus condolencias.
Algunos de los simpatizantes de la causa del bebé se manifestaron frente a las puertas del hospital en los últimos días, y el lunes decenas de ellos trataron de acceder al centro médico, una acción que fue evitada por la policía.
El presidente del hospital Alder Hey, David Henshaw, aseguró esta semana en una carta abierta que los trabajadores del centro se han visto sometidos en las últimas semanas a un "aluvión" de críticas con lenguaje "altamente abusivo y amenazador".
El jueves, tras la última sentencia de la Corte de Apelaciones, el padre del bebé agradeció su respaldo a las personas que apoyaron su causa pero les pidió que regresaran "a casa".
Evans indicó entonces que tenía intención de colaborar con los médicos del hospital para proveer "dignidad" y "confort" a su hijo en sus últimos momentos de vida