El pasado martes se confirmaron en laboratorio dos casos de ébola. Pocas horas después el número de casos sospechosos se elevaba hasta 34 y hay 17 personas fallecidas que habrían sido víctimas de la enfermedad. Un incremento exponencial que llevó a la República Democrática del Congo ha declarar un nuevo brote de la enfermedad que durante 2014 llegó a considerarse pandemia y puso a las autoridades sanitarias mundiales al borde del colapso.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) no encuentra entre sus planes la posibilidad de repetir el escenario de hace cuatro años, cuando la enfermedad llegó incluso a España, donde existieron dos casos declarados y por suerte resueltos para bien. De momento, se prepara para el "peor escenario" en el Congo y sobre el terreno ya se han desplegado equipos propios junto a grupos de trabajo de Unicef, la Federación Internacional de la Cruz Roja (FICR) y Médicos sin Fronteras (MSF). La preocupación, sin embargo, no ha reducido lo más mínimo, pues el brote se ha producido en Bikoro, una región al noroeste del país, de difícil acceso para las ayudas y con escasos recursos e infraestructuras para combatir la enfermedad por sí mismo.
En una rueda de prensa, Peter Salama, director de emergencias de la OMS, ha manifestado su preocupación por la situación en Bikoro -"la llegada de asistencia es un desafío en sí mismo"- pero también por el posible contagio a las regiones próximas: "Tenemos miedo de que el brote se expanda a Bandaka, la capital provincial, con un millón de habitantes, si llega a esa ciudad tendremos un brote mayor y un desafío muy importante, porque sabemos de nuestra experiencia en África occidental que cuando el ébola llega a la gran ciudad, y especialmente a áreas de chabolas, es muy difícil detener la enfermedad".
La cifras del brote de 2014 -casi 12.000 muertos y más de 28.000 casos de infectados por la enfermedad- han llevado a la OMS ha una respuesta "inmediata" y totalmente proactiva tras las críticas vertidas a la organización en 2014 por su tardía reacción. De aquella experiencia se aprendió que es esencial desplegar sobre el terreno antropólogos y expertos en comunicación comunitaria para explicar a la población local los riesgos que conlleva estar en contacto directo con una persona enferma, dado que el virus del Ébola se transmite por la secreción de la piel y las mucosas, especialmente justo después de morir. De hecho, en 2014, el virús se expandió por la tradición de lavar y besar a los muertos en funerales multitudinarios.
Salama, de hecho, ya ha confirmado que el brote que se está desarrollando en estos momentos en Bikoro se ha producido por la transmisión de la enfermedad en un funeral. Y lo que es peor, supuestamente tres trabajadores sanitarios habrían muerto infectados por ébola, lo que "preocupa muchísimo" porque los sanitarios han sido también en el pasado focos importantes de transmisión.
Vacuna experimental
Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS, ha decidido viajar al Congo en persona para supervisar la situación, aunque ya ha iniciado las conversaciones con el gobierno congoleño para comenzar entre la población una campaña de vacunación. Se necesita el consentimiento del gobierno local ya que se trata de una vacuna experimental sin licencia y el riesgo a efectos secundarios es alto. "Además, se necesita que las vacunas estén a una temperatura de entre -60 y -80 grados centígrados, lo que implica un desafío de organización enorme", puntualizó. Salama en rueda de prensa.
Las 40 personas que trabajaron en los ensayos clínicos de la vacuna en Guinea Conakry serán los que implementen el proyecto en RDC si se aprueba. Asimismo, la OMS ha puesto en alerta a nueve países fronterizos de RDC, aunque están especialmente preocupados por el riesgo de contagio en Congo Brazaville y República Centroafricana, porque comparten vías fluviales con Kinshasa.