El expresidente del Gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero fue abucheado a la salida de un colegio electoral de Caracas, donde ejerce de observador internacional de las elecciones presidenciales. Zapatero fue increpado por decenas de personas que esperaban para votar le reprocharon su intromisión en la política nacional mientras se subía a un coche escoltado por militares.
Este conato de tensión es un episodio en una jornada en la que el régimen de Maduro ha querido legitimarse, pese a que la oposición ha decidido boicotear la cita por considerarla una farsa e incluso desde la Unión Europea se solicitó la suspensión de los comicios.
Zapatero, plenamente implicado en el diálogo entre el gobierno venezolano y la oposición, criticó la posición de Bruselas por "poner en cuestión" unas elecciones antes de celebrarse.
En cualquier caso, el expresidente español se ha prestado a ejercer como observador del buen desarrollo de los comicios, algo que no ha sido bien visto por la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), principal plataforma opositora.
Cauces oficiales
Por su parte, Zapatero ha pedido a los candidatos opositores derrotados que canalicen sus denuncias por los cauces "contemplados ante el Consejo Electoral".
"Tienen todo el derecho a establecer una impugnación de los hechos que han puesto encima de la mesa, forma parte del ejercicio democrático y esa impugnación tendrá en su caso que sustanciarse a través de los cauces que estén contemplados" en el Consejo Nacional Electoral (CNE), sostuvo Rodríguez Zapatero.
El exgobernador Henri Falcón y el expastor evangélico Javier Bertucci, los dos principales candidatos que resultaron derrotados en las elecciones en las que fue reelegido Nicolás Maduro, denunciaron más de 1.000 irregularidades durante la jornada electoral y pidieron la repetición de los comicios.
Para el que fuera secretario general del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) "más allá" de las denuncias opositoras "mañana tenemos un gobierno en Venezuela, una oposición, unos problemas económicos muy importantes, unos problemas sociales que van a necesitar seguramente cambios por parte de todos".
Una necesidad "imperiosa" de dar "un giro radical (...) importante para sentarse" a dialogar ya que la paz "está por encima de cualquier situación".
"Unas elecciones se celebran un día pero al día siguiente el futuro de los venezolanos está en juego", defendió.
En su opinión el resultado electoral "abunda aún más en la necesidad de un proceso a fondo, urgente, de diálogo político para forjar acuerdos" entre el Ejecutivo y la oposición para, añadió, "la necesidad de un tiempo distinto para Venezuela"
Un tiempo, defendió, "en el que la distancia en la confrontación que existe sea superada".
Destacó además que como "decisivo" que el desarrollo de la jornada comicial se haya desarrollado "pacíficamente" ya que "todos somos conscientes de que hay una situación que se arrastra desde hace años de potencial conflicto" en el país.
"Desde mi óptica tiene que haber un principio de responsabilidad de las fuerzas políticas, empezando (...) por el presidente Maduro de hacer todo lo que sea necesario por un diálogo y un acuerdo". añadió.
Unas conversaciones en las que, reiteró, deben de participar todos los espectros de la vida política, económica y social del país y en las que exista "la voluntad y el concurso por parte de todas las fuerzas políticas" así como "por parte de la comunidad internacional".
Afirmó que instará al Gobierno a que se esfuerce por ese diálogo y que tome "medidas lo más sólidas y creíbles posibles" y a que "por supuesto escuche y se canalicen las denuncias" de los candidatos opositores.
"Pero más allá de eso, sobre todo las referidas al diálogo, a una apuesta de país" y que "quizá haya que revisar el método, lo que puede ser un encuentro".