Roma

El Movimiento 5 Estrellas (M5E) y la Liga buscaban una figura externa. Para garantizar el equilibrio del pacto, sus respectivos líderes, Luigi Di Maio y Matteo Salvini, se comprometieron a encontrar una personalidad neutral como primer ministro. Y el elegido es Giuseppe Conte, un jurista de 54 años, sin experiencia hasta ahora en la política. Él es el hombre que habrían presentado este lunes ambos partidos al presidente de la República, Sergio Mattarella, según confirmó el propio Di Maio en el blog de su partido.

“Hoy podemos decir que estamos de frente a un momento histórico. Hemos indicado el nombre de Giuseppe Conte al presidente de la República”, señaló el Movimiento 5 Estrellas en el comunicado. Anteriormente, al término de la reunión entre Di Maio y Mattarella, el líder de los ‘grillini’ se resistió a ofrecer la identidad. Ahora el jefe de Estado tendrá que reflexionar sobre la propuesta antes de conferir el encargo de Gobierno al primer ministro propuesto.

El líder de la Liga confirmó también que estaban “listos” para comenzar una nueva etapa de gobierno. “Hemos presentado el nombre, el equipo y un proyecto de país”, anunció Salvini a la conclusión de su breve reunión con el presidente de la República. El secretario federal leguista pidió además calma a los mercados, que han reaccionado con nerviosismo ante la formación de un Ejecutivo formado por fuerzas euroescépticas.

“No tienen por qué preocuparse, queremos hacer crecer la economía y aumentar el trabajo”, aseguró el líder de la Liga. Este lunes la bolsa italiana volvió a bajar un 1,5%, la prima de riesgo subió hasta los 189 puntos y una nueva voz elevó la voz de alerta. El líder de los populares europeos, el alemán Manfred Weber, aseguró que el nuevo Ejecutivo italiano “podría provocar una nueva crisis del euro”.

Un mandato limitado

El mandato del futuro primer ministro nacerá limitado desde el primer momento, ya que Di Maio y Salvini han firmado un programa, que Conte debería ajustarse a cumplir. En ese documento, de 59 páginas, queda explícito que en caso de divergencia entre los grupos que sostendrán el Gobierno, debería reunirse un comité formado por figuras elegidas por la Liga y el M5E. Una decisión que en la prensa italiana ha sido comparada con los órganos internos de los partidos comunistas y que ha sembrado dudas entre los constitucionalistas, ya que en la Carta Magna no se contempla una tutela de este tipo al papel del primer ministro.

El M5E y la Liga habían insistido en que encontrarían un premier de categoría política, no un técnico, pero la realidad es bien distinta. Mattarella también ha presionado desde que se abrió la negociación entre ambos partidos para que el próximo presidente del Gobierno tenga cierta altura internacional, por lo que ahora deberá decidir si le convence esta figura. “Será un gobierno político, que pondrá en el centro las cuestiones políticas de los italianos”, dijo Luigi Di Maio, al término de su encuentro con el jefe de Estado.

El M5S y la Liga Norte postulan como primer ministro de Italia a Conte

El hipotético futuro primer ministro tiene un currículum profesional intachable. Se licenció en Derecho en la universidad romana de La Sapienza con mención cum laude y posteriormente siguió sus estudios en Yale, Viena y París. Habla varios idiomas, tiene experiencia internacional, pero siempre en el mundo de la magistratura, no del ejercicio del poder.

Giuseppe Conte figuraba en una lista de futuros ministros que Di Maio presentó antes de las elecciones. Su encargo sería figurar como titular de una cartera para la simplificación de la Administración Pública. Es decir, el M5E ya buscaba en él a un gestor, con el cometido de aligerar la burocracia, uno de los elementos básicos de su programa. En su currículum también destaca su calidad de experto en la “gestión de grandes empresas en crisis”, lo que no deja de ser una paradoja, teniendo en cuenta el cargo que asume.

La prensa italiana describe a Giuseppe Conte como una persona sensata y equilibrada. Formaba parte del Consejo de Estado, ha redactado decenas de publicaciones legales e imparte clases en varias universidades del país. Él mismo se define como un “antiguo votante de izquierdas”, aunque “los esquemas ideológicos del siglo XX han dejado de adecuarse a la realidad”. Conte nació además en Volturara Appula, una localidad de apenas 500 habitantes del sur Italia, lo que le confiere un punto a favor en una zona empobrecida –como Di Maio, que nació en una población cercana a Nápoles-, en la que el M5E ha encontrado su mayor caladero de votos.

El pacto de Gobierno incluye, entre otras medidas, una sustancial rebaja del IRPF, la inclusión de una renta básica universal y una batería de políticas migratorias muy duras. Se limitaron las posturas más beligerantes hacia la Unión Europea –como la salida del euro o la vuelta a la política económica antes del Tratado de Maastricht- presentes en anteriores borradores, pero se mantuvo un fuerte carácter leguista, compartido, eso sí, por sus socios. Para compensar, pactaron que el primer ministro estuviera más en sintonía con el Movimiento 5 Estrellas.

El resto de los ministerios se los repartirán entre la Liga y el M5E, tras un pacto al que también habrían llegado los líderes de ambos partidos, según la prensa italiana, aparentemente sin contar demasiado con el primer ministro. Di Maio se encargaría de la cartera de Trabajo, en la que se centraría en la aplicación de la renta básica; mientras que Salvini sería el titular de Interior, el puesto que siempre ha solicitado para desarrollar su política basada en el control migratorio y el aumento de la seguridad.

El conjunto del gobierno se conocerá en el momento en el que Mattarella cite al encargado de guiarlo para conferirle la responsabilidad de formar un gabinete. Después los ministros, incluido el presidente del Ejecutivo, deberán jurar el cargo y más tarde someterse a la sesión de investidura. La Liga y el Movimiento 5 Estrellas cuentan con los escaños necesarios para conseguir la mayoría tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado. En la cámara alta, sin embargo, sólo tienen seis senadores más que la mayoría absoluta, por lo que el Gobierno podría quedar a merced de los vaivenes de unos diputados acostumbrados en Italia a cambiar de grupo político.