Ni el gesto de solidaridad de Pedro Sánchez ni la catarata de felicitaciones al presidente del Gobierno español por su ofrecimiento se han dejado sentir en el Aquarius. La embarcación de la ONG francesa SOS Mediterranée, que se encuentra entre Italia y Malta tras haber rescatado a más de 600 personas frente a las costas de Libia, no tuvo comunicación oficial alguna de La Moncloa hasta la noche del lunes.
El nuevo Ejecutivo socialista anunció a mediodía a través de un escueto comunicado que Sánchez había "dado instrucciones" para que el barco de rescate pudiera atracar en Valencia como "puerto seguro" ante el rechazo del nuevo Gobierno italiano.
Sin embargo, la desesperación y la incertidumbre reinan a bordo del Aquarius, que lleva ya dos días dando vueltas sin rumbo fijo y con escasas provisiones. El tiempo y la climatología juegan en contra de la llegada a Valencia del barco. SOS Mediterranée agradece la oferta pero avisa de que ve muy complicado llegar a España sin comprometer la seguridad de los inmigrantes rescatados y la tripulación.
Megáfono en mano y con la ayuda de un mapa, los voluntarios de la tripulació han explicado a los 629 migrantes que abarrotan la embarcación dónde están y han comenzado el reparto un pequeño cargamento de agua y galletas que ha hecho llegar un barco maltés.
"Sólo tenemos comida para un día más y Valencia está a 700 millas náuticas -al menos tres días de navegación-, tardaríamos muchos días en llegar", advierten desde Médicos Sin Fronteras, que tiene un equipo de cinco personas en el barco entre doctores y enfermeras.
"Hay once bebés y 123 menores, 80 mujeres, siete de ellas embarazadas. La situación médica de todos es estable pero muchos casi mueren ahogados cuando los rescatamos y su estado podría empeorar en cualquier momento", ha explicado Aloys Vimard de (MSF), que desde la embarcación a la que toda Europa mira reclama que "todos sean llevados a un lugar seguro de forma inmediata. No nos paran de preguntar por qué no nos movemos y qué esta pasando".
También ha recordado que hubo varios pacientes "críticos" con hipotermia, síntomas de ahogamiento, que fueron "resucitados con éxito" y ahora están monitorizados, aunque precisa que existe la posibilidad de que desarrollen problemas pulmonares.
Mientras el Aquarius sigue a la deriva, desde Médicos Sin Fronteras recuerdan que "el mejor escenario posible" es que las autoridades italianas "hagan su trabajo y asignen un puerto lo más pronto posible siguiendo la Ley marítima internacional".
Al mismo tiempo, Vimard recuerda que aunque las políticas de disuasión migratoria han frenado el número de inmigrantes que se han lanzado al mar huyendo de sus países pero "el número de pateras que salen de Libia crecerá con la llegada del buen tiempo".
"Las políticas europeas de inmigración criminalizan y estigmatizan. La política no pude estar por encima de la seguridad de gente indefensa. Nosotros solo somos trabajadores humanitarias y estamos tratando de salvar vidas", concluye el coordinador de MSF a bordo del Aquarius.