Los 12 niños y su entrador fueron encontrados el lunes tras pasar 10 días atrapados en una gruta al norte de Tailandia. Sin embargo, la odisea que han vivido todavía no ha terminado, ya que las labores de rescate pueden alargarse entre una semana y tres meses. El debate está en enseñarles a bucear o mantenerlos en la cueva hasta que amaine el temporal.
La decisión depende de las previsiones de lluvia de las siguientes semanas. Por ello, el nivel del agua es un factor clave; si sigue subiendo, correrán un riesgo muy alto.
Aprender a bucear
Una de las alternativas que se barajan es entrenar a los niños para que consigan salir de la gruta buceando. Es la opción más rápida, pero también la más peligrosa: "ninguno sabe nadar", ha afirmado Butch Hendricks, veterano del equipo de rescate de Estados Unidos. "Además, necesitan equipamiento y trajes de neopreno para evitar la hipotermia".
Supanat Titikarn, de la fundación de rescate de Ruam Katanyu, explica que "con máscaras de buceo de talla pequeña no tienes que saber bucear. Solo te la pones y respiras. Se conecta directamente con el tanque de oxígeno". Los Navy SEAL, equipos de rescate que dieron con ellos, quieren conseguirlas a través de donaciones. Cuestan entre 650€ y 775€ cada una.
Permanecer en la gruta
Anmar Mirza, especialista en rescates de Estados Unidos, explica que "si están seguros, la mejor opción es mantenerlos allí para que sobrevivan mientras se desarrollan otras soluciones". Los equipos de rescate están tratando de drenar túneles para facilitar su salida, pero la temporada de lluvias continua hasta octubre, por lo que podrían seguir allí tres meses más.
Por el momento, el Ejército de Tailandia les suministrará comida para cuatro meses, les entrenaran y, al mismo tiempo, seguirán intentando achicar agua.