El presidente del Tribunal Regional Federal de la Cuarta Región de Brasil (TRF-4), Thompson Flores, zanjó este domingo la batalla judicial entre dos magistrados de esa corte por la concesión de la libertad al expresidente Lula da Silva, condenado por corrupción, y decidió que continúe en prisión.
Flores respondió así un recurso presentado por el Ministerio Público Federal contra la decisión del juez de guardia Rogerio Favreto, quien ordenó dejar en libertad al líder del Partido de los Trabajadores (PT).
El habeas corpus concedido este domingo por Favreto generó una gran polémica y contó con la oposición de un segundo juez, João Gebran Neto, instructor del caso Lava Jato en segunda instancia, lo que abrió un pulso jurídico entre ambos magistrados.
Gebran Neto es uno de los tres jueces que integran la octava sala del TRF-4 de Porto Alegre, corte que condenó este año a Lula en segunda instancia a 12 años y un mes por corrupción pasiva y lavado de dinero.
A pesar de la decisión de Gebran Neto, Favreto insistió y ordenó en su último auto que Lula fuera puesto en libertad inmediatamente, pero la Policía Federal no actuó debido a la contradicción entre los autos de ambos jueces.
El presidente del TRF, no obstante, señaló que la decisión sobre la libertad de Lula es competencia del instructor de la operación Lava Jato y no del juez de guardia.
De esa forma, Thompson Flores puso fin, al menos de forma temporal, a un conflicto jurídico sobre la libertad del expresidente brasileño, quien deberá permanecer en la sede de la Policía Federal de Curitiba, donde está arrestado desde hace tres meses.
Favreto, juez que estaba de turno en el TRF-4, sorprendió al conceder a Lula un habeas corpus y citó la precandidatura del expresidente a las elecciones presidenciales de octubre como un hecho "nuevo" que debe ser tomado en consideración para su libertad.
El PT ha mantenido la candidatura de Lula a pesar de su arresto, pero según la ley electoral, se encuentra virtualmente inhabilitado después de la condena en segunda instancia.
Ante la expectativa de que fuera liberado, decenas de simpatizantes se reunieron a las puertas de la Policía Federal de Curitiba para transmitir su apoyo al líder más popular de la izquierda brasileña.