Ahed Tamimi, el ángel de la resistencia palestina
- La joven, de 17 años, salió de la cárcel tras cumplir 8 meses de pena por abofetear a un soldado israelí. Como ella, más de 350 menores palestinos siguen encarcelados en prisiones israelíes.
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El 15 de diciembre de 2017, Ahed Tamimi se convirtió en el símbolo de la resistencia palestina. Ese día las redes sociales despertaron con un vídeo donde se veía a la joven patear y abofetear a un soldado israelí por dispararle con una bala de goma a su primo. Cinco días después, la joven fue detenida. Condenada por el tribunal a ocho meses de prisión, Tamimi salió este domingo de la cárcel y ha prometido seguir en la resistencia, defendiendo la libertad del pueblo palestino.
"Seguiré con mis estudios universitarios en derecho para poder tratar la causa de mi país en todos los foros internacionales y para poder representar la causa de los presos", dijo Tamimi en la rueda de prensa posterior a su liberación. "La prisión me enseñó muchas cosas, pude descubrir la forma correcta de transmitir el mensaje de mi patria", señaló.
Con tan solo 17 años -cumplidos mientras estaba en la cárcel-, Tamimi colecciona imágenes icónicas en la lucha contra la ocupación en Palestina. Con 11 años, Tamimi fue filmada encarándose con dos soldados israelíes, preguntándole por su hermano y amenazando con darle un puñetazo. Tres años después, aparecía en otro vídeo intentando que un soldado israelí liberara a su hermano menor.
Año tras año se sucedían las imágenes de sus gestos de rabia ante los soldados israelíes y su actitud combativa. Todo en Ahed se ha convertido en un símbolo de resistencia, incluso su llamativa melena pelirroja, lo primero que ha acariciado su padre al reencontrarse con ella tras su salida de prisión.
Su actitud le ha valido menciones de honor del presidente palestino, Mahmud Abás y ha inspirado al artista irlandés Jim Fitzpatrick, autor del icónico retrato en blanco y negro del Che Guevara, para convertirla en una heroína de póster bajo la leyenda: "Hay una Wonder Woman real".
Este fin de semana, tras reunirse con Mahmud Abás, este la describía como "un modelo de la resistencia pacífica, demostrando al mundo que el pueblo palestino se mantendrá firme y constante en su tierra, no importa el sacrificio exigido".
Tamimi ha descrito los meses vividos en la cárcel como "muy duros". "Por mucho que lo intente, no soy capaz de describirlos. Pero esta experiencia ha añadido valor a mi vida, me ha hecho madurar, ser más consciente", señaló en declaraciones a The Guardian.
De su juicio, que se ha hecho a puerta cerrada, poco se sabe. Pero su familia siempre ha cuestionado el trato que estaría recibiendo después de que saliera a la luz un vídeo de uno de los interrogatorios a los que fue sometida, donde se veían a dos hombres la amenazaba, y hacía comentarios sobre su aspecto físico y "sus ojos de ángel".
Después de ser liberada, Tamimi reconoció que ese es el "trato habitual, su estilo de interrogar". "No he sido la primera ni seré la última", ha dicho.
Apellido de la resistencia
El apellido Tamimi ha estado conectado con la resistencia palestina desde hace muchos años, pero su lucha no siempre ha sido pacífica. La defensa de "soluciones radicales contra los colonizadores sionistas" es sostenida de manera más o menos asidua en las redes sociales de los miembros de su familia. Su tía, Ahlam Tamimi, fue una de las organizadoras del ataque con bomba a una pizzería Sbarro, en Jerusalén, donde murieron 15 personas en 2001.
Su padre, Bassem Tamimi, ha pasado los últimos diez años entrando y saliendo de la cárcel. Él es el responsable de la organización de las protestas que, desde 2009, tienen lugar cada viernes en el pueblo de Nabi Saleh.
En 2013, The New York Times publicó un reportaje sobre los Tamimi y su resistencia en el pueblo en el que se preguntaba si sería allí donde empezaría la Tercera Intifada.
Más de 350 menores detenidos
Tamimi es sólo uno de los más de 350 menores detenidos en prisiones y centros de detención israelíes, según organizaciones de derechos humanos locales. En un comunicado, Amnistía Internacional (AI) indicaba que su caso es un recordatorio de la "constante violación por parte de Israel de los derechos humanos de los niños palestinos".
El director de la oficina de AI en Jerusalén, Saleh Higazi, declaró que la alegría por su liberación "se verá empañada por la injusticia de su encarcelamiento y la tristeza que supone saber que muchos otros niños palestinos languidecen en cárceles israelíes, a pesar de que muchos de ellos no han cometido ningún crimen reconocible".
Higazi insistió en que el encarcelamiento de Tamimi debe servir para recordar que Israel "usa tribunales militares arbitrarios para castigar a aquellos que retan a la ocupación y la política expansionista ilegal, no importando qué edad tengan", y que cientos de niños palestinos padecen el sistema penitenciario israelí.