A Maduro le ha faltado tiempo para señalar a EEUU y al presidente colombiano saliente, Juan Manuel Santos, como responsables del supuesto atentado frustrado de este sábado contra su persona durante una desfile en Caracas. Sin embargo, y pese a la reivindicación del autodenominado grupo Soldados de Franela, prácticamente desconocido hasta hoy y para el que la mera reivindicación supone una magnífica publicidad, hay dudas tanto dentro como fuera de Venezuela acerca de la verosimilitud del ataque. La agencia Reuters asegura no haber podido confirmar mediante fuentes independientes la relación de Soldados de Franela con el suceso.
A pesar de las docenas de cámaras de televisión que cubrían el desfile este sábado, no ha trascendido ni una sola imagen de ese dron cargado de explosivos y abatido por francotiradores con el que se pretendía supuestamente atentar contra Maduro, que resultó ileso del incidente. Todo lo que se aprecia en las imágenes son varias columnas de soldados rompiendo la formación durante el desfile tras escuchar un ruido. Bomberos citados por la agencia Associated Press sostienen que las detonaciones se debieron a la explosión de un tanque de gas en un apartamento cercano. Por su parte, vecinos consultados por Reuters sí aseguran haber escuchado ese ruido y haber visto un objeto, seguramente un dron, precipitarse junto a un edificio de viviendas cercano.
La oposición no descarta que sea un "accidente fortuito"
La oposición ya ha puesto en duda públicamente la versión del Gobierno. "Aún está por ver si realmente fue un atentado, un accidente fortuito o alguna de las otras versiones que circulan por redes sociales", ha señalado en un comunicado el opositor Frente Amplio. "Alertamos de que este confuso evento pueda ser utilizado como excusa para suprimir el derecho constitucional que tiene el pueblo para seguir protestando por la defensa de sus derechos", continúa el comunicado, que tacha de "genéricas" e "irresponsables" las acusaciones contra el presidente colombiano.
Washington no descarta que el ataque se trate de un "pretexto" orquestado por el régimen para acusar a terceros, mientras Bogotá ha tachado de "absurda" y "sin base" la acusación lanzada por Maduro de que Santos estaba detrás del ataque. "El presidente (Santos) está dedicado al bautizo de su nieta, Celeste, y no a tumbar gobiernos extranjeros", ha manifestado la Presidencia colombiana.
No sería el primer suceso magnificado por el régimen chavista y utilizado para justificar una purga en las fuerzas de seguridad, entre las que existen sectores en los que cala el descontento con el Gobierno tras el cambio constitucional de 2017 que daba poderes casi absolutos a Maduro. Igual que en incidentes previos, como la asonada militar de agosto del pasado año, las fueras armadas no han tardado en emitir un comunicado mostrando su "irrestricta lealtad" al régimen, y es que los mandos altos, seleccionados cuidadosamente, sí se mantienen leales.
Seis presuntos autores han sido ya detenidos, según el Ministerio del Interior. "No va a haber perdón, los que se han atrevido a ir hasta el atentado personal que se olviden de perdón, los perseguiremos y los capturaremos a donde se vayan a esconder", ha advertido el presidente, unas duras palabras que suenan a amenaza, ya no tanto a los autores, sino a esos sectores críticos dentro de las fuerzas armadas.