Desde que hace algo más de un año Maduro sacase adelante, entre críticas de gran parte de la comundiad internacional, una reforma constitucional que le daba poderes casi absolutos y revertía el poder del Parlamento, en manos de la oposición, son ya varios los incidentes de sabotaje y rebelión de distinta repercusión protagonizados por miembros del ejército o de cuerpos de seguridad, precisamente los mismos que en su día sustentaron la "revolución bolivariana".

El último incidente, el sábado, fue un supuesto ataque con un dron cargado de explosivos durante un desfile militar en Caracas y que dejó siete heridos de la Guardia Nacional Bolivariana. A Maduro, ileso, le faltó tiempo para agitar el fantasma del complot estadounidense y de los países aliados en la región, principalmente Colombia. En una comparecencia pública pocas horas después señaló directamente al todavía presidente colombiano, Juan Manuel Santos (que cede el testigo este martes), como responsable intelectual del incidente, por unas declaraciones esta semana asegurando que veía cerca la "caída" del presidente venezolano.

Las grietas en el poder absoluto de Maduro

"No se puede ir (Santos) sin hacerle una maldad a Venezuela", acusó. El incidente ha sido reivindicado por el autodenominado grupo 'Soldados de Franela', formado por civiles y militares, con presencia en redes sociales, prácticamente desconocido hasta la fecha y para el que la mera reivindicación supone ya una magnífica publicidad. La agencia Reuters asegura no haber podido confirmar mediante fuentes independientes la relación del grupo con el suceso.



El incidente de este sábado guarda ciertas similitudes con el ocurrido el año pasado cuando el oficial de policía Óscar Pérez lanzó varias granadas desde un helicóptero robado contra edificios gubernamentales en Caracas. Seis meses después Pérez fue abatido por fuerzas de seguridad. La iconografía de los 'Soldados de Franela' guarda similitudes con la utilizada por Óscar Pérez durante aquel ataque, por lo que se especula con la participación del grupo en aquella operación.



Recelo sobre la veracidad del suceso



Los aliados tradicionales del régimen, Irán, Bolivia, Rusia, Turquía o Cuba, condenaron enérgicamente el incidente, mientras que Bogotá respondió que "el presidente (Santos) está dedicado al bautizo de su nieta, Celeste, y no a tumbar gobiernos extranjeros". Washington, por su parte, no descarta que el ataque se trate de un "pretexto" orquestado por el propio régimen para acusar a terceros. Un escepticismo sobre la veracidad del incidente que comparten sectores de la sociedad venezolana, al no haberse publicado imagen de televisión alguna en que se muestre el supuesto dron derribado, pese a las docenas de cámaras que se encontraban grabando el desfile.

Según la versión oficial, los francotiradores abatieron el dron, que iría cargados de explosivos. Todo lo que se aprecia en las imágenes son varias columnas de soldados rompiendo la formación durante el desfile tras escuchar un ruido. Vecinos consultados por Reuters sí aseguran haber escuchado una deflagración y haber visto un objeto, seguramente un dron, precipitarse junto a un edificio de viviendas cercano.

La oposición ha puesto públicamente en duda la versión del Gobierno. "Aún está por ver si realmente fue un atentado, un accidente fortuito o alguna de las otras versiones que circulan por redes sociales", ha señalado en un comunicado el Frente Amplio. "Alertamos de que este confuso evento pueda ser utilizado como excusa para suprimir el derecho constitucional que tiene el pueblo para seguir protestando por la defensa de sus derechos", continúa el comunicado.



Seis detenidos



El Ministerio del Interior venezolano asegura haber detenido ya a seis personas relacionadas con el "ataque", según las primeras informaciones, militares o relacionados con el ejército, en el que existen sectores descontentos con el Gobierno, sobre todo en las bases y mandos medios, tras el cambio constitucional de 2017. Igual que en incidentes previos, como la asonada militar de agosto del pasado año, cuando militares de la 41 Brigada Blindada de Naguanagua, en Carabobo, declararon un golpe de Estado "para restablecer el orden constitucional", las fueras armadas han emitido esta vez un comunicado mostrando su "irrestricta lealtad" al régimen, y es que los mandos altos, seleccionados cuidadosamente, sí se mantienen leales.

"No va a haber perdón, los que se han atrevido a ir hasta el atentado personal que se olviden de perdón, los perseguiremos y los capturaremos a donde se vayan a esconder", ha advertido el presidente, unas duras palabras que suenan a amenaza, ya no tanto a los autores, sino a esos sectores críticos dentro de las fuerzas armadas.