El matrimonio de Meghan Markle con el príncipe Harry el pasado 19 de mayo rompió con varias de las tradiciones de la monarquía británica por ser ella americana, negra, celebridad de Hollywood y activista; pero la exactriz todavía no ha logrado imponer su agenda feminista en los órganos más altos del gobierno.
Actualmente las hijas de los lores no pueden heredar el título que les permite formar parte de la Cámara Alta del Parlamento por una ley que le otorga este beneficio exclusivamente a los hombres. Por esto, algunas de las mujeres afectadas se han unido para desafiar esta norma ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.
La Cámara de los Lores es conocida como la "conglomeración de sabios del Reino Unido" porque actúa como órgano asesor en temas complejos para el Reino Unido y la Unión Europea. La institución la componen lores espirituales: obispos seleccionados por su prestigio y carrera dentro de la iglesia anglicana; y los temporales: un gran número de intelectuales de prestigio y hombres de negocio. Para no dejar fuera a los nobles, una reforma de 1999 les reservó 92 de los 733 escaños conocidos como “pares hereditarios”, cuya sucesión es regulada por la regla de “primogenitura masculina”, por lo que las hijas no son elegibles para obtener el título ni el asiento.
"Estamos haciendo una campaña para que el gobierno cree una ley que sea muy simple: que elimine la palabra 'hombre' de 'Hombre - Primogénito' y permita que el hijo primogénito herede el título que le corresponda sin importar su sexo”, dijo Charlotte Carew Pole, la noble líder del grupo de presión “Derechos de las hijas” en una entrevista a Glamour. Para ella es " espantoso que el gobierno haga que las compañías publiquen listas de mujeres en las juntas directivas y destaquen las brechas salariales de género y que al mismo tiempo haya un grupo de mujeres discriminadas sistemáticamente por su género en la cámara más alta del Parlamento”.
"Mi padre sugirió que me cambie el sexo"
"Mi padre ha encontrado una solución al problema de la primogenitura masculina irónica: que cambie de sexo", dijo Willa Franks, quien, por falta de descendencia masculina en su núcleo familiar, está a punto de ver cómo su título de noble es transferido a un tío.
Para Shauneen Lambe, abogada británica, es muy grave que esto ocurra dentro de la élite que se supone que debe dar el ejemplo al resto del país, y espera que el gobierno británico pueda resolver el problema sin esperar a que el tribunal europeo tome las riendas, ya que su resolución pudiera tardar más de dos años. Además, la abogada considera que este logro positivo pudiera ayudar a Theresa May a salir de otros problemas políticos a los que se enfrenta ahora mismo.
"Este es el último bastión donde encontramos discriminación sexual en nuestro país", denuncia al Daily Mail Henrietta Byng, una de las demandantes que, si nada cambia en los próximos meses verá a un primo lejano de Canadá adueñarse de su lugar en la Cámara. Según Byng, esta discriminación es "aún más inaceptable en una monarquía gobernada por mujeres. La Cámara de los Lores se quedó en la Edad Media".
Seis mujeres educadas en castillos y acostumbradas a una vida tranquila dentro de sus chales decidieron unirse para abolir esta tradición por considerarla "obsoleta e inaceptable". Henrietta Byng, Willa Franks, Eliza Dundas, Sarah Long, Charlotte Carew Pole y Tanya Field son las principales representantes de la ofensiva contra la ley, y cada una ha expuesto la causa por la que trabajaría desde su asiento en la Cámara de los Lores.
Lady Franks, hija mayor del conde de Balfour quiere establecer un hogar nacional para niños desfavorecidos. Hatta Byng, la primogénita de los Torrington se centrará en la cultura y protección de edificios históricos. Lady Eliza, de 20 años, es la hija mayor del conde Ronaldshad y se considera una activista conservadora. Y Sarah Long, la mayor de los Wraxall quiere ayudar a los niños que viven con los efectos de talidomida, un medicamento anti inflamatorio que utilizaron las mujeres embarazadas en los 50 y 60 que ha provocado efectos negativos en personas como su hermano.
Mientras esperan que las autoridades resuelvan el caso, las hijas de los nobles esperan que su campaña desafíe a la opinión pública británica porque, aunque saben que son parte de una élite, están seguras de que el momento para su lucha es ahora. Por su parte, la corona sí pudo cambiar sus leyes de sucesión gracias a la reina Isabel II que impulsó una reforma que pone fin al derecho de primogenitura masculina, por lo que ahora es el hijo mayor del soberano en el título quien heredará el trono, independientemente de su sexo.