Bruselas

El ritual del cambio de hora tiene los días contados en la UE. La Comisión Europea pondrá sobre la mesa en las próximas semanas una propuesta legislativa para abolir definitivamente esta práctica, que obliga a adelantar una hora los relojes el último domingo de marzo y retrasarla de nuevo el último domingo de octubre. "La gente quiere que se haga, así que lo haremos", ha confirmado este viernes el presidente del Ejecutivo comunitario, Jean-Claude Juncker, en una entrevista a la cadena alemana ZDF.

La norma deberá ser aprobada después tanto por la Eurocámara, que ya se ha mostrado a favor de la abolición, como por los Gobiernos de los 28 Estados miembros. Después, cada país deberá decidir si se queda de forma permanente en el horario de verano o en el de invierno. La elección del huso horario es una competencia nacional. Para Bruselas, la prioridad es que todos los países actúen de forma coordinada para evitar perturbaciones en el mercado interior.

El 84% de los participantes en la consulta pública realizada por la Comisión durante el verano han reclamando acabar de forma definitiva con el cambio de hora. En la encuesta -que tuvo lugar entre el 4 de julio y el 16 de agosto- participaron 4,6 millones de personas, un récord absoluto para los estándares de Bruselas. La web de la consulta estuvo colapsada durante días. Dos tercios de los que contestaron eran ciudadanos alemanes.

Los españoles, entre los más partidarios de acabar con el cambio de hora

"Millones de europeos han utilizado nuestra consulta para alzar su voz. El mensaje es muy claro: el 84% de ellos no quiere seguir cambiando la hora. Ahora actuaremos en consecuencia y prepararemos una propuesta legislativa a la Eurocámara y el Consejo, que decidirán juntos", ha dicho la comisaria de Transportes y responsable del expediente, la eslovena Violeta Bulc. Bruselas no se marca plazos pero el trámite durará meses. Mientras tanto, el horario de invierno volverá el próximo 28 de octubre.

Los españoles se encuentran entre los más partidarios de la UE de acabar con el cambio de hora. El 93% de los que participaron en la consulta pública apoyan abolir el ritual, un porcentaje que sólo se supera en Finlandia y Polonia. Además, el 87% de los españoles aseguran tener una experiencia negativa o muy negativa con el cambio de hora, muy por encima de la media de la UE (76%). Eso sí, España es uno de los países donde menos participación hubo en la consulta (sólo el 0,19% de la población).

El Parlamento Europeo ya aprobó una resolución en febrero en la que avisaba de que el cambio de hora podría tener "efectos negativos en la salud humana". Los eurodiputados reclamaron entonces a Bruselas que realizara una "evaluación exhaustiva" de la directiva sobre el horario de verano y que "en caso necesario, presente una propuesta para su revisión". Países como Finlandia y Lituania han pedido también a la Comisión abolir el cambio de hora. Y el Ejecutivo comunitario recibe regularmente quejas de particulares por el cambio horario y sus efectos sobre la salud, en particular por la alteración del sueño.

Poco ahorro energético y daños a la salud

La mayoría de los Estados miembros tienen una larga tradición de cambio de hora, que en algunos casos se remonta hasta la Primera y Segunda Guerras Mundiales y en otros a la crisis del petróleo de los años 70. En origen, su objetivo principal era ahorrar energía. No obstante, había también otras motivaciones como la seguridad vial, el aumento de las oportunidades de ocio durante la tarde o simplemente alinearse con los horarios de los países vecinos.

La UE aprobó su primera directiva sobre el cambio de hora en los años ochenta. La norma vigente obliga a los Estados miembros a cambiar al horario de verano el último domingo de marzo y volver al de invierno el último domingo de octubre. El objetivo de la legislación era unificar las prácticas de los diferentes países, que estaban alejándose, lo que ponía en riesgo el mercado único.

Según los últimos estudios que maneja la UE, el ahorro energético que se consigue con el cambio de hora es "marginal", entre el 0,5% y el 2,5% del total del consumo dependiendo del país. En cambio, los efectos sobre la salud y los biorritmos humanos "podrían ser más graves de lo que se pensaba previamente". Al mismo tiempo, el horario de verano tiene un impacto positivo ligado al mayor número de actividades al aire libre que permite.

"Las pruebas sobre el impacto global en la salud (es decir, el equilibrio entre los efectos positivos y negativos", sigue siendo poco concluyente, asegura la Comisión.