En un vídeo difundido por redes sociales, lejos de preguntas de periodistas, Jair Bolsonaro se presentaba a última hora de la noche como la solución a la "crisis ética, moral y económica que tiene a Brasil al borde del caos".
De su lado están, según él, la prosperidad, la libertad, la familia y Dios. En su contra, aquellos que quieren convertir el país en Venezuela manipulando incluso las urnas electrónicas usadas en las elecciones de Brasil para evitar que su candidatura ganara en primera vuelta.
Ninguna de las encuestas pudo prever lo que este domingo se ha vivido en la mayor economía de Latinoamérica. El candidato de la extrema derecha Jair Bolsonaro superó todas las expectativas y rozó la mayoría absoluta con un 46% de los votos. Un candidato sin un aparato de partido detrás, con un plan de gobierno sin montar y pocas promesas electorales claras, pero con un historial de comentarios racistas, machistas, homófobos y de exaltación a la dictadura, que acabó en Brasil en 1985.
Sin embargo Jair Mesias Bolsonaro ha sabido representar el hartazgo de la población brasileña. Respecto a los múltiples casos de corrupción que abarrotan las páginas de los periódicos, él se ha presentado como un candidato alternativo.
A pesar de llevar 30 años haciendo política, siempre ha reivindicado su pasado militar y su capacidad de decir lo que piensa sin miedo a levantar polémicas. En cuanto al grave tema de la inseguridad ciudadana, él ha sido el candidato más claro en ofrecer una solución: modificar el estatuto de armas para facilitar la tenencia, y endurecer las penas de delitos de manera general.
Bolsonaro ha podido evitar el resto de temas sociales y económicos donde tiene posturas polémicas o poco definidas. Fue víctima de una puñalada en un acto de campaña el 6 de septiembre, y se ha mantenido en el hospital o en reposo en su casa, limitando su actividad a algunos vídeos en redes sociales y un par de entrevistas grabadas. De esa forma ha conseguido el 46% de los votos en esta elección, 49 millones de votantes lo han escogido.
Muy por debajo se ha quedado la esperanza de la izquierda. Fernando Haddad, el candidato designado por el ex presidente Lula da Silva directamente desde la cárcel donde cumple condena por corrupción, ha obtenido solo el 29% de los votos.
Significa el desplome del Partido de los Trabajadores que ha gobernado el país desde 2002 hasta 2016 cuando Dilma Rousseff fue apartada del poder a través de un impeachment.
"Me siento desafiado porque estos resultados son expresivos, pero los riesgos que corre la democracia en Brasil ahora son graves", declaró un taciturno Haddad entre jaleos de miembros del Partido que le aclamaban, a pesar de lo que estaba sucediendo, presidente.
Parece difícil que se materialice el alto índice de rechazo de Bolsonaro de un 43% en las encuestas en un fracaso en las urnas de la segunda vuelta que se producirá el próximo 28 de octubre. Sin embargo, el candidato de ultraderecha tendrá que mostrar con claridad sus cartas si quiere asentar su sólida mayoría y enfrentarse esta vez fuera de la baja médica al escrutinio de la opinión pública en debates y entrevistas.
Necesita una pericia que no ha demostrado en toda su carrera política. Bolsonaro tiene que conseguir una organización de partido y un plan de gobierno que sostenga la tesis de que él será el hombre que puso orden en Brasil a base de mano dura.
Casi dos millones de votos para Eduardo Bolsonaro
Eduardo Bolsonaro, hijo del candidato presidencial ultraderechista Jair Bolsonaro, se convirtió en el diputado federal más votado de la historia de Brasil al obtener 1.814.443 votos en los comicios de este domingo a la Cámara Baja
Eduardo, de profesión Policía Federal y candidato en Sao Paulo por el Partido Social Liberal (PSL), que lidera su padre, intentaba la reelección para un segundo mandato en la Cámara de Diputados brasileña tras ser elegido en los comicios de 2014.
El hijo del ultraderechista supera así en la clasificación de diputados federales con mayor número de votos en unas elecciones a Enéas Carneio, quien tuvo 1.573.642 sufragios en 2002, y a Celso Russomanno, que consiguió 1.524.361 en 2014.
"Las mujeres de derechas son higiénicas"
En una reciente protesta de simpatizantes de Bolsonaro en Sao Paulo, Eduardo dijo abiertamente que "las mujeres de derecha son mucho más bonitas que las de la izquierda y no enseñan los pechos por ahí para protestar, tampoco defecan en la calle para protestar".
"Las mujeres de derecha son higiénicas y las de izquierda no", insistió.
Por otro lado, Flavio Bolsonaro, hermano de Eduardo, consiguió un escaño para el Senado por el estado de Río de Janeiro.
Era diputado en la Asamblea Legislativa de Río de Janeiro y ahora ocupará un asiento en la Cámara Alta tras ser el más votado en la elección en ese estado al conseguir un 31,35% de los votos, con el 96,55% del censo escrutado.
Ambos hijos han servido de altavoces de su padre mientras este último se recuperaba de la puñalada que recibió el pasado 6 de septiembre durante un mitin electoral y que le mantuvo 23 días hospitalizado.
Unos 147,3 millones de brasileños fueron llamados este domingo a las urnas para elegir al nuevo presidente de la República, los gobernadores de los 27 estados del país, los 513 diputados federales y dos tercios del Senado.