En una entrevista con al término de una visita de cuatro días a Yemen, el director de Unicef para Oriente Medio, Geert Cappelaere, denunció que "la guerra la deciden y la llevan a cabo los adultos, pero desgraciadamente los niños son los primeros que la sufren".
Cappelaere detalló que "1,8 millones de niños en el Yemen sufren malnutrición, de los que 400.000 padecen malnutrición severa o aguda que amenaza sus vidas".
Debido a la malnutrición y a las enfermedades infecciosas muere un niño yemení cada diez minutos "sin ningún motivo", ya que en opinión del representante de Unicef "la malnutrición aguda no debería existir en Yemen".
Agregó que a causa de la guerra solamente el 40 % de los niños yemeníes tiene acceso a las vacunas de enfermedades que se han propagado en los últimos años en el país a causa de la violencia y el colapso del sistema sanitario, como el cólera.
Asimismo, dos millones de niños no pueden acudir a la escuela debido al conflicto armado entre las fuerzas gubernamentales, apoyadas por la coalición militar árabe, y los rebeldes chiíes hutíes, respaldados por Irán.
"Pedimos a quien lidera este país y a las partes en conflicto que asuman su responsabilidad y antepongan el interés de millones de niños por encima de sus propios intereses y paren esta guerra contra los niños", instó el responsable regional de Unicef.
Por ello, solicitó a ambos bandos que den prioridad a la situación de los civiles y, en concreto, la de los niños en la agenda de las consultas de paz que la ONU y EEUU han instado a que se reanuden este mes de noviembre.
Esta semana, el enviado especial de la ONU para Yemen, Martin Griffiths, instó a retomar rápidamente las consultas políticas entre el Gobierno yemení y los rebeldes hutíes con el fin de "acordar un marco para las negociaciones políticas y medidas para construir la confianza".
El llamamiento fue hecho después de que Washington exigiera el cese de la violencia y el comienzo de negociaciones entre las partes.
Durante su visita a Yemen, Cappelaere acudió a la ciudad costera de Al Hudeida, en el oeste del país, actualmente escenario de enfrentamientos entre las fuerzas leales al presidente yemení, Abdo Rabu Mansur Hadi, y los rebeldes chiíes, que controlan la urbe desde 2014.
"Los combates en Al Hudeida afectan primero y ante todo a los niños que viven allí; son miles o decenas de miles los que habitan en la ciudad y se puede ver el miedo en sus ojos", relató.
Cappelaere dijo que visitó a niños en el hospital Al Zaura, el principal de la ciudad, paralizados debido a una epidemia de difteria y tan débiles que no podían caminar o moverse de sus camas.
"Es una enfermedad que podríamos evitar fácilmente si tuviéramos la posibilidad de vacunar a los niños en el momento oportuno", se lamentó.
"Durante la noche, cuando oía el ruido de los combates (...) pensaba en esos niños, que, además de sufrir, oyen el estallido de las bombas, los disparos a pocos metros de distancia de las camas donde se encuentran tumbados y que no pueden abandonar porque sufren parálisis", relató.