Los negociadores del Reino Unido y la Unión Europea han alcanzado ya un principio de acuerdo sobre las condiciones para consumar el brexit. El texto que especificaría los términos del divorcio se haría oficial este mismo miércoles, según anuncian varios medios británicos.
El acuerdo incluiría soluciones pactadas a los principales escollos que han dificultado las negociaciones. Por ejemplo, cómo evitar una frontera en Irlanda del Norte. La agencia Press Association indica que, por el momento, el acuerdo resuelve las "cuestiones técnicas" de la salida del Reino Unido del club de los Ventisiete, prevista para marzo de 2019.
En la misma línea, una fuente de la Unión Europea consultada por el Guardian indica que lo acordado es "sólido y estable" pero que no se puede calificar aún de acuerdo definitivo al ser necesarias más negociaciones a nivel político. "Ahora se trata de encajar todo", puntualiza la misma fuente oficial.
Los ministros del Gobierno conservador británico están acudiendo uno a uno a Downing Street para reunirse con Theresa May. Presumiblemente, cada alto cargo será informado de más detalles del acuerdo en preparación para una reunión extraordinaria del Gabinete que se celebrará este mismo miércoles. El único punto en el orden del día será aprobar este acuerdo para llevarlo al Parlamento, donde tendrá que ser convalidado en la Cámara de los Comunes en diciembre.
En las reuniones uno a uno con May, los ministros tienen la oportunidad de escrutar el borrador del acuerdo de salida, un texto legal muy denso de 400 páginas, según detalla el diario The Guardian.
Los tories más euroescépticos y partidarios del brexit llevan semanas advirtiendo a May que no apoyarán de ninguna manera un acuerdo que "atrape" al Reino Unido en la unión aduanera para evitar una frontera física en Irlanda. Entre las exigencias de los más díscolos también, comprobar si el acuerdo contempla que la Justicia europea tenga algún tipo de potestad sobre el texto.
¿Qué está en juego en Irlanda del Norte?
Desde el principio de las negociaciones del brexit, tanto Bruselas como Londres se han marcado como prioridad evitar que se erija una nueva frontera física en la isla de Irlanda. Lo que está en juego es la supervivencia del Acuerdo de Paz del Viernes Santo en el Ulster, que se firmó en 1998.
La aparición de nuevas infraestructuras fronterizas que limiten la libre circulación en Irlanda amenaza con reavivar el enfrentamiento entre los protestantes unionistas que quieren seguir en Reino Unido y los católicos partidarios de la unificación con Irlanda. Los puntos de control en los 300 kilómetros de frontera terrestre podrían convertirse en objetivo de ataques terroristas y en polo de reclutamiento de extremistas, según la policía. Algo que las dos partes quieren evitar a toda costa.