El Gobierno francés ha informado que "no descarta nada" para imponer el orden tras los violentos incidentes que por tercer fin de semana consecutivo han arrasado las calles de París y otras ciudades, en las manifestaicones convocadas por los 'chalecos amarillos' y que han dejado un fallecido este domingo.
Durante las protestas este domingo, un conductor ha muerto en la carretera N113, a la altura de Raphèle-lès-Arles, que había sido bloqueada por un grupo de los llamados "chalecos amarillos", tras chocar bruscamente contra un camión durante un importante atasco. Según la cadena France 3, el accidente tuvo lugar en la madrugada cuando el conductor impactó con el camión que tenía delante y fue golpeado a su vez por detrás por otro coche.
El portavoz del Gobierno, Benjamin Griveaux, ha asegurado que "todas las medidas deben ser estudiadas" al ser preguntado por la emisora Europe 1 sobre la posible instauración del Estado de emergencia.
"Hay que pensar en todas las medidas que podamos tomar para evitar que este tipo de gravísimas manifestaciones de violencia en la vía pública se reproduzcan" en la capital, respondió Griveaux. De hecho, este domingo el presidente Emmanuel Macron, a su regreso de Buenos Aires donde acudió a la cumbre del G-20, presidirá en el Elíseo un gabinete de crisis junto a su primer ministro y ministro del Interior, Edouard Philippe.
Además del hombre fallecido, otras 133 personas han resultado heridas y 412 personas han sido arrestadas en París durante las violentísimas protestas que han sacudido la capital francesa en el día más conflictivo desde el inicio de las concentraciones del colectivo de los chalecos amarillos, en el que "grupos de alborotadores" infiltrados entre los manifestantes legítimos, según el Ministerio del Interior francés, han quemado vehículos y negocios, y forzado enfrentamientos contra la Policía.
Entre los heridos hay 23 policías, según la Policía de París y el primer ministro francés, Edouard Philippe. "Estamos comprometidos con el diálogo, pero también con el respeto a la ley. Estoy francamente sorprendido por estos ataques a los símbolos de Francia", ha declarado.
El ministerio del Interior ha responsabilizado a "grupos violentos" de los incidentes y ha asegurado que el Gobierno está "en proceso de restaurar el orden". El secretario de Estado de Interior, Laurent Nuñez, ha señalado en concreto a "personas con casco, armados y hostiles a la Policía, a nuestras instituciones, a los símbolos de la República".
También la ministra de Sanidad, Agnes Buzyn, ha condenado esta violencia. "Me gustaría escuchar a los chalecos amarillos decir que la manifestación ha sido secuestrada por grupos extremistas y que no pueden aceptarlo", ha afirmado en la televisión BFM. Buzyn ha instado a los manifestantes a organizarse para poder abrir un diálogo.
La alcaldesa de París, Anne Hidalgo ha declarado "una profunda indignación y una gran tristeza por la violencia en el corazón de París". "Son actos inaceptables", ha hecho saber Hidalgo en Twitter. "Nuestro país se enfrenta a una gran crisis. Solo se puede resolver a través del diálogo. Debemos encontrar esta manera tan pronto como sea posible", ha agregado.
Macron visita el Arco del Triunfo
El presidente francés, Emmanuel Macron, ha visitado este domingo el Arco del Triunfo para comprobar los desperfectos que ha sufrido el monumento, símbolo de la República, que fue objeto ayer de vandalismo durante las protestas de los llamados "chalecos amarillos".
El jefe del Estado, acompañado del ministro del Interior, Christophe Castaner, ha rendido homenaje a la tumba del soldado desconocido, que representa a todos los franceses muertos en la Primera Guerra Mundial, ensuciada ayer por los alborotadores que dejaron sobre ella latas de cerveza y otros objetos.
El presidente y el ministro han entrado en el monumento para comprobar los daños, entre los que destaca una estatua destrozada de Marianne, figura alegórica de la República Francesa, y graves desperfectos en la tienda del museo, además de las pinturas en la fachada del Arco que esta mañana empezaron a ser cubiertas.
Macron, que se encontraba en la cumbre del G20 en Buenos Aires, volvió inmediatamente a Francia por la degeneración de la manifestación que convirtió la capital en un campo de batalla.
Barricadas en el centro de París
A primera hora de la mañana del sábado, en torno a 5.500 personas comenzaron a rodear el control de seguridad establecido en torno a los Campos Elíseos, en el prolegómeno de diversas marchas que han congregado, por tercer fin de semana consecutivo, a más de 30.000 personas en diversos puntos de Francia para protestar por la subida de los carburantes impuesta por el Gobierno francés como parte de su plan futuro de eficiencia energética.
Los enfrentamientos comenzaron en torno a las 9.30 horas cuando los manifestantes saltaron los controles y se congregaron en la plaza Charles de Gaulle, que rodea el Arco del Triunfo, para cantar el himno francés, La Marsellesa, y exigir la dimisión del presidente del Gobierno, Emmanuel Macron.
El Ministerio del Interior ha acusado a "alborotadores" entremezclados con los chalecos amarillos de incendiar parte de los almacenes Grands Boulevards, una sucursal bancaria de LCL y varios negocios, entre ellos una agencia inmobiliaria.
Asimismo, los disturbios han llevado a la evacuación de las conocidas galerías comerciales Lafayette, así como una perfumería de Chanel, en el bulevar Haussman, uno de los núcleos turísticos de la capital, donde se han producido varios saqueos. Casi una decena de vehículos están incendiados en la avenida Kléber.
Varios edificios han sido incendiados durante los disturbios y hay graves daños al mobiliario urbano como marquesinas de autobús o señales de tráfico. Además se han levantado barricadas y dos sindicatos policiales denuncian la sustracción de un fusil de asalto G-36 de un vehículo policial en el centro de la ciudad.
En cuanto a la red de Metro, la televisión BFM TV informa de al menos 19 estaciones cerradas, incluidas Etoile, Campos Elíseos, Ópera y Bastilla.