Emmanuel Macron, el presiente de Francia, ha reculado en la subida de impuestos sobre los carburantes que planeaba. Este paso atrás de Macron se explica por las multitudinarias manifestaciones de los llamados 'chalecos amarillos' en todo el país. Y es que Francia pide una tregua en la subida de impuestos.
La subida de estos impuestos darían al país unos 2.000 millones de euros, que ayudarían a alcanzar el objetivo de reducción de deuda de Francia. Pero esta razón no parece ser suficiente para los franceses que no son capaces de llegar a fin de mes. Según los sondeos, en torno al 70% de franceses simpatiza con la protesta.
Pero estas revueltas que han acabado con un conductor de un camión muerto, más de 100 heridos y más de 400 detenidos, no se explican solo con la intención fallida de Macron de subir las tasas a los carburantes. El contexto de la crispación francesa es mucho más amplio, aunque esta haya sido la gota que ha colmado el vaso.
Estas son cinco de las causas más contundentes para que Francia se haya echado a la calle:
El salario medio de un francés es de 1700€
Aunque en comparación con España el salario medio de los franceses pueda parecer alto, las circunstancias económicas e impositivas en el país hacen que el nivel de vida en Francia sea muy alto, por lo que este salario se vería bastante reducido si lo comparamos con el IPC francés.
Además, la brecha salarial es gigante: el 20% que más gana quintuplica lo que gana el 20% más pobre. El salario medio de los que ganan menos crece solo al ritmo de un 1% o menos al año.
La economía solo ha crecido un 1.8%
La economía francesa lleva estancada una década. La crisis mundial ha hecho mella en el euro francés. Durante este período, desaparecieron un gran número de empleos permanentes, especialmente en áreas rurales y antiguas áreas industriales. Y muchos de los nuevos puestos de trabajo que se crean son contratos temporales y precarios.
El desempleo se sitúa por encima del 9%
Cuando Macron llegó al poder, prometió reducir el desempleo al 7% para las próximas elecciones presidenciales en 2022. Pero el empleo francés sigue estancado en el 9% y llegó a subir al 11% en los peores años de la crisis desencadenada en 2009.
Macron ha ahorrado un total de 3,2 billones de euros en impuestos a los ricos
Como parte de su plan para estimular la economía, Macron recortó los impuestos a los más ricos durante su primer año de mandato. Una de las mayores críticas que salen desde los 'chalecos amarillos' es que la política económica de Macron favorece a los ricos. Además, el 5% de los hogares vieron reducido su poder adquisitivo.
A pesar de todo, los presupuestos para 2019 incluyen una reducción de 18,8 mil millones en impuestos de nóminas y otros impuestos a las empresas, todo con el objetivo de fomentar la contratación y la inversión.
Gasto de 715 billones de euros en servicios sociales
Francia gasta alrededor de un tercio de su economía en mantener el sistema de seguridad social: sanidad, desempleo, ayudas a las familias...
Pero para que este sistema se sostenga, Francia tiene uno de los sistemas impositivos más duros. Un ejemplo de esto: el país aplica un 20% de impuestos a muchos bienes y servicios.