El expolicía Mijaíl Popkov, también conocido como el "Maníaco de Angarsk", ha sido condenado a cadena perpetua. Popkov ha cometido un total de 78 asesinatos, de los cuales 22 también fueron violaciones. Todas sus víctimas eran mujeres. Esta condena lo convierte en el mayor asesino en serie conocido en la historia de Rusia.
El juez Alexéi Zhigáyev ha dicho que "se le condena a cadena perpetua en una prisión de alta seguridad y se le priva de su grado especial de subteniente de policía". No es la primera vez que Popkov es sentenciado, pues su primera condena vino en 2015 acusado de matar y violar a 22 mujeres, además de otros dos intentos de asesinato entre 1994 y 2000.
Las víctimas del asesino en serie siempre eran mujeres, de entre 16 y 40 años y de distinta condición social. Los métodos utilizados por Popkov eran diversos: usaba cuchillos, destornilladores, bates de béisbol, tacos de billar, punzones... y hasta un hacha en, al menos, 9 ocasiones.
Investigó sus propios crímenes
Popkov era policía en la ciudad de Angarsk, al este de Rusia, cerca de Mongolia. Estuvo en activo hasta 1998, cuando fue detenido en un tren mientras se dirigía a Vladívostok, el principal puerto ruso en el Pacífico, en busca de un automóvil, pues se valía de un vehículo para cometer sus crímenes.
En las primeras declaraciones, dijo que su manera de actuar era la siguiente: recorría las calles por la noche en un vehículo, normalmente el todo-terreno que usaba en su servicio de policía, y ofrecía a mujeres llevarlas a casa. Luego, "castigaba" a aquellas que aceptaban tomarse una copa con él.
Años después de haber cometido los primeros crímenes, Popkov participó en las investigaciones de varios de ellos. Así, conseguía evitar que cualquier sospecha recayera sobre él, según cuentan algunos de sus compañeros de entonces. Todo se descubrió a raíz de un análisis de ADN.
Entonces, le apodaron "el hombre lobo de Siberia", por sus habilidades de llevar una doble vida y su "sangre fría". Otros nombres por los que se le conoce son "la bestia de Angarsk" y el "Maníaco de Angarsk"., mientras que se llamaba "El purgador" a sí mismo. Decía que su labor era "limpiar Siberia de mujeres inmorales".
Un perfil psicopático
"Intenté curarme, tenía miedo de ir al hospital. Sentí las consecuencias, estaba impotente. Después de aquello perdí el deseo de violar y asesinar", confesó Popkov a la policía en 2012, cuando fue detenido por primera vez.
Se ha filtrado a la prensa un perfil psicológico que se desarrolló antes de saber que Popkov era el asesino. El perfil era el siguiente: un hombre de entre 30 y 35 años, residente en Angarsk, que se llevaba a sus víctimas en un vehículo oficial y que podía trabajar en un cementerio -ya que trabajó un tiempo también como enterrador-.
Su mujer, su hija y sus amigos le definían como "un hombre pacífico, tranquilo y amable, que no haría daño ni a una mosca". Pero la opinión de la comisión médica que lo examinó cuando era policía observó algo muy distinto: encontró "aspectos psicopáticos" en su personalidad. Aun así, esta comisión lo encontró "apto" para desarrollar su labor como policía.