Joaquín El Chapo Guzmán mantuvo contactos con la agencia estadounidense de Lucha contra el Narcotráfico (DEA, por sus siglas en inglés) cuando estuvo prófugo de la justicia en 2007, según el testimonio de Vicente Zambada, hijo de Ismael Mayo Zambada, socio de El Chapo.
Vicentillo, que comparece por segundo día consecutivo en el juicio por narcotráfico contra Guzmán Loera, confesó haber utilizado esos mismos contactos, posteriormente, para intentar abandonar el cártel del Sinaloa, que dirigían su padre y El Chapo.
Durante el interrogatorio de la defensa de El Chapo en la Corte Federal del Distrito Este de Nueva York, Vicentillo relató que su "compadre" El Chapo tuvo contactos con la DEA en 2007, conexiones que después él mismo encontró beneficiosas cuando quiso alejarse del liderazgo del cartel.
Según Vicentillo, intentó dejar el negocio antes de su arresto en 2009, para lo cual organizó una reunión con su padre y con El Chapo.
El Chapo se ofreció entonces a facilitarle su contacto con la DEA, con el beneplácito de ambos.
De acuerdo con lo que le contó El Chapo, el nivel de Vicentillo como narcotraficante era considerado superior al de su padre Mayo y al del propio Guzmán Loera en ese momento, ya que era el responsable de la ciudad de Culiacán, la población más grande del estado de Sinaola, en el norte de México.
Según su relato, la DEA buscaba su colaboración y sólo la de él.
Desde el estrado de los testigos contó que también aprovechó esos contactos para facilitar información sobre sus enemigos, de manera que fueran las fuerzas de seguridad quienes libraran sus batallas.
"Era un objetivo", aseguró a las preguntas del abogado defensor, Eduardo Balarezo.
Vicentillo declaró que mantuvo reuniones con la DEA hasta dos horas antes de su arresto en abril de 2009, cuando fue aprehendido por las Fuerzas Especiales Mexicanas.