La Cámara de los Comunes británica retoma este miércoles el debate sobre el pacto para la salida de la Unión Europea (UE) propuesto por la primera ministra, Theresa May, en un ambiente de creciente tensión y divisiones.
El debate, que precederá a una votación clave el próximo martes, empezará alrededor de las 13.00 GMT, después de que acabe la sesión semanal de preguntas de los diputados a la jefa del Gobierno.
Se encargará de inaugurar las deliberaciones el ministro para el "brexit", Stephen Barclays, de quien se espera que revele las nuevas concesiones hechas por Bruselas para mejorar el tratado, que suscita oposición entre todos los partidos.
Estas "aclaraciones" y otras posibles medidas ideadas por el Gobierno serán la única novedad relativa al texto, que mantiene el contenido aprobado por los Veintisiete el pasado 25 de noviembre y que ya fue condenado por el Parlamento británico.
May, en busca de apoyos
La líder británica, que carece de mayoría absoluta, se vio obligada a cancelar una primera votación prevista para el 11 de diciembre por falta de apoyo, y en los últimos días se ha esforzado por sumar votos entre sus colegas conservadores y sus socios parlamentarios del Partido Democrático Unionista (DUP) de Irlanda del Norte.
El acuerdo regula el coste de la salida del Reino Unido del bloque y los derechos de los comunitarios, así como una polémica cláusula para evitar una frontera física en la isla de Irlanda en ausencia de un pacto comercial bilateral.
También define los términos de la futura relación comercial británico-comunitaria, que se negociaría durante un periodo de transición que concluiría en 2020 o 2021.
Se espera que el Gobierno ofrezca este miércoles nuevas garantías de que la cláusula de seguridad para Irlanda, que el DUP rechaza rotundamente al considerar que amenaza la integridad territorial del Reino Unido, no llegará a aplicarse, puesto que la prioridad de las partes será cerrar cuanto antes un acuerdo comercial.
Según la BBC, el Ejecutivo podría ofrecer además competencias al Parlamento autónomo norirlandés -hoy suspendido por desavenencias entre los partidos- para rechazar cualquier nueva legislación comunitaria que entrara en vigor durante la aplicación de la controvertida cláusula.
Una posible salida sin pacto
Si el acuerdo gubernamental es derrotado, se abre la posibilidad de que el Reino Unido salga de la UE sin pacto o pida una extensión del artículo 50 del Tratado de Lisboa para prorrogar la negociación, algo que May de momento ha descartado, ya que retrasaría la fecha del "brexit", fijada para el 29 de marzo.
Una mayoría del Parlamento, así como el sector empresarial, presionan al Gobierno para que descarte una salida no negociada, lo que la primera ministra ha eludido hacer para no soliviantar a los conservadores partidarios de un "brexit" duro.
El Partido Laborista de Jeremy Corbyn ha indicado por su parte que, si el pacto es rechazado, podría presentar una moción de censura contra el Gobierno, lo que causaría su dimisión y posiblemente unas elecciones generales.
Otros sectores parlamentarios promueven la idea de que, si no hay consenso en torno a un pacto de salida, se debe impulsar un segundo referéndum, tras el que dio la victoria al "brexit" en 2016, lo que el Gobierno rechaza al considerar que traicionaría al electorado británico.