El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ha tomado posesión del cargo este jueves en lo que supone el inicio de su segundo mandato de seis años. Pese a que el régimen ha dotado el acto -ante el tribunal Supremo de Justicia y no la Asamblea Nacional, de mayoría opositora-, de la mayor solemnidad posible, no ha podido evitar el descrédito ni el plantón internacional.
Ni Estados Unidos ni la Unión Europea ni el Grupo de Lima, excepto México, han enviado representación. España, en línea con el resto de socios comunitarios, no ha asistido. Sí lo han hecho, como principales defensores de Maduro, Bolivia -con presencia de su presidente, Evo Morales-, Nicaragua -Daniel Ortega-, Cuba -Miguel Díaz-Canel- o El Salvador -Salvador Sánchez Cerén-.
"Juro por los niños y niñas de Venezuela"
En el canal oficial de televisión se ha visto a miles de venezolanos con banderas en el auditorio en el que Maduro ha renovado el cargo e imágenes de calles abarrotadas en torno al Supremo, con testimonios y mensajes de los telespectadores alabando la exhibición de "un pueblo de pie", sin cuestionar las elecciones del pasado mayo, en las que Maduro se encargó de no tener competencia.
En ese baño de masas y entorno favorable, y obviando su soledad, "el ciudadano Nicolás Maduro Moros" -así ha sido llamado- ha jurado. El presidente del tribunal, Maikel Moreno, ha recordado a los presentes que "la Asamblea Nacional se encuentra en desacato y está incapacitada para ejercer las funciones que le son encomendadas constitucionalmente", como, precisamente, acoger la toma de posesión del presidente del país.
"Han intentado convertir esto en una guerra mundial"
Maduro, que ha jurado "por los antepasados y por los niños y niñas de Venezuela", ha dedicado varios minutos de su discurso a repasar y agradecer a los emisarios que han acudido, como los de Turquía, Irán o Rusia, y ha pedido disculpas si se ha dejado a alguien en la "lista protocolar" de "los 94 países que respetan a Venezuela". Lo ha hecho visiblemente molesto por el rechazo de los que, según su tesis, no respetan a Venezuela.
"Este acto es un acto de paz porque hace cumplir la letra de la Constitución -ha continuado-. Han intentado convertir esto en una guerra mundial contra nuestro país, como locos, los gobiernos satélite del imperio norteamericano. Yo le digo a nuestro pueblo que allá ellos y acá nosotros, con nuestro amor y nuestro espíritu revolucionario".
Entretanto, el presidente de Paraguay, Mario Abdo Benítez, ha anunciado la ruptura de relaciones diplomáticas con Venezuela y el cierre de la embajada paraguaya en Caracas. El mandatario, en una breve intervención en el Palacio de Gobierno, ha recordado que Paraguay no reconoce el "resultado de un proceso electoral ilegítimo".
Además, la Organización de Estados Americanos (OEA) ha acordado "no reconocer la legitimidad" del mandato y ha llamado a que se celebren nuevos comicios "en una fecha cercana" con observación internacional.