Flavio Bolsonaro, senador brasileño e hijo de Bolsonaro, tuvo contratadas hasta noviembre de 2018 a la madre y a la mujer del principal sospechoso de la muerte de Marielle Franco, la concejala asesinada a tiros en marzo.
Un reportaje del periódico O Globo divulgado este martes señala que la madre y la mujer del capitán de policía, Adriano Magalhães, prófugo de la Justicia, trabajaron en el despacho del entonces diputado Bolsonaro, algo que el hijo del presidente rechazó en una nota.
La Fiscalía brasileña considera a Magalhães el hombre fuerte de la Oficina del Crimen, organización sospechosa del asesinato, y ha emitido una orden de detención contra el capitán. Magalhães, según cuenta O Globo, está acusado de estar implicado en varios homicidios desde hace más de una década.
Además, las autoridades han detenido un mayor y un teniente de la Policía Militarizada, líderes de una mafia que actuaba al oeste de Río de Janeiro y quienes podrían haber participado en el asesinato de la concejala brasileña. Los policías fueron detenidos durante un operativo en el que son buscadas 15 personas acusadas de pertenecer a una banda criminal dedicada a la compra y venta ilegal de inmuebles en la zona oeste de Río.
Según medios locales, uno de los detenidos, el mayor Ronald Paulo Alves Pereira, fue homenajeado en 2004 por Flavio Bolsonaro, cuando fue diputado de Río de Janeiro.
Al respecto, el hijo mayor de Bolsonaro dijo a través de las redes sociales que concedió cientos de homenajes y que quienes cometen errores deben ser responsables por sus actos. "Sobre los homenajes prestados a militares, siempre actué en la defensa de los agentes de seguridad pública y ya concedí cientos de otros homenajes. Aquellos que cometen errores deben responder por sus actos", publicó en su cuenta en Twitter.
Pro Derechos Humanos, negra y lesbiana
Franco, una política defensora de los derechos humanos, negra y lesbiana fue asesinada brutalmente a tiros junto con Anderson Gomes, el conductor del vehículo en el que viajaba, el 14 de marzo de 2018 cuando salía de un evento político cultural en el centro de Río de Janeiro, la ciudad más emblemática de Brasil.
Once meses después del crimen, las causas del asesinato aún no se han esclarecido y aunque se sospecha de la participación de grupos paramilitares conocidos como "milicias", todavía no se ha conseguido dilucidar quién mandó asesinar y quién ejecutó a la activista.
No es la primera vez que la familia Bolsonaro se ve involucrado en una polémica sobre las milicias. En 2008, cuando era diputado federal, el ahora presidente de Brasil defendió que las milicias "ofrecen seguridad y consiguen mantener el orden y la disciplina en las comunidades. El Gobierno debería apoyarlas".
El hijo de Bolsonaro dice que está siendo el blanco de una campaña difamatoria que busca enlodar el gobierno de su padre y responsabilizó a su exasesor Fabrício Queiroz por los nombramientos de la madre y de la mujer del capitán implicado en el asesinato.
El hijo mayor del presidente de Brasil se ha visto salpicado en un caso que investiga movimientos bancarios sospechosos de Queiroz, un policía militarizado que fue empleado suyo durante su etapa como diputado regional de Río de Janeiro y que fue cesado de su cargo el pasado octubre.