Nicolás Maduro ha acusado al líder oposicotr Juan Guaidó de haber violado la Constitución. "Ha violado la Constitución y todas las leyes", ha dicho el dictador venezolano, "pero yo no soy un órgano judicial, ya veremos en qué queda todo esto". La advertencia del mandatario chavista llega en plena crisis de legitimidad que se suma a la profunda depresión económica y la ausencia de libertades que hunden al país desde que lo gobierna en 2013.
Según Maduro, que ha dado una entrevista a la cadena CNN en su versión turca -uno de los países que lo apoyan como todavía presidente del país caribeño-, Estados Unidos está "detrás de un golpe de Estado" para destituirlo como presidente.
El heredero de Hugo Chávez al frente del régimen bolivariano afirma que Venezuela ha sido “víctima de una conspiración de Estados Unidos”, y ha señalado al vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, en cuyos informes aparecía Guaidó como quien tenía el “apoyo total” de EEUU para liderar una insurrección. Todo, se´gun Maduro, un día antes de que el líder de la oposición aceptara la proclamación como "presidente encargado" por parte de la Asamblea Nacional.
Maduro ordenó la salida en 72 horas del personal diplomático de EEUU en el país. Pero ahora apunta que ha salido por “acuerdo mutuo” con Washington. Y anticipa que quiere un acuerdo similar al que mantiene EEUU con Cuba: es decir, un pequeño contingente de representantes con “todas las protecciones”.
Maduro expresó su "enérgico rechazo" al "insolente" ultimátum de Pedro Sánchez y a la postura que asumió las potencias de la Unión Europea (UE) acerca de la crisis venezolana, que abre la puerta al reconocimiento del jefe del Parlamento, Juan Guaidó, como presidente interino del país.
"Venezuela expresa su más enérgico rechazo a la declaración de la UE (...) pretendiendo incluso dar un ultimátum al Estado venezolano, al más propio estilo de las viejas potencias coloniales que representa", dijo la Cancillería en un comunicado.
La UE dijo ayer en un comunicado que "tomará otras medidas, incluso sobre el tema del reconocimiento del liderazgo del país" ante la ausencia del anuncio de una convocatoria a elecciones, una de las opciones puesta sobre la mesa para destrabar la severa crisis política que atraviesa Venezuela.
Antes del comunicado de los Veintiocho, los gobiernos de España, Francia, Alemania y el Reino Unido se habían expresado con mayor contundencia, emplazando a Maduro a convocar comicios antes de ocho días como condición para no reconocer a Guaidó como presidente.
A este respecto, el Gobierno de Maduro señaló este domingo que la "legitimidad" de los procesos electorales e instituciones del Estado venezolano, tales como la Presidencia, "no dependen en modo alguno del reconocimiento (...) de ninguna entidad extranjera".
La postura de la UE ese parte de la presión internacional contra el Gobierno de Maduro, que hace 17 días juró un nuevo mandato de seis años cuya legitimidad no reconocen la oposición y buena parte de la comunidad internacional.
El líder chavista se impuso con holgura en los comicios de mayo pasado, a los que no se presentó el grueso de la oposición por considerarlos fraudulentos.
La oposición afirma que "usurpa" la Presidencia, al estimar que su segundo mandato de seis años es "ilegítimo" y, por tanto, el poder ejecutivo recae en el jefe del Parlamento hasta que sean convocadas nuevas elecciones, según la interpretación que hacen de varios artículos de la Carta Magna.
Guaidó se autoproclamó hace cuatro días jefe del Ejecutivo y ha asegurado que trabaja por lograr a corto plazo que Maduro deje el poder, se instale un Gobierno de transición y se convoquen nuevas elecciones "libres".