Casi seis meses después del derrumbe del puente Morandi de Génova, en el que murieron 43 personas y cientos fueron desplazadas de sus hogares, la demolición de la infraestructura comienza hoy con el desmantelamiento de uno de los dos enormes fragmentos que quedaron en pie tras la tragedia.
Decenas de operarios y expertos, maquinaria y una potente grúa participan en los trabajos que se prolongarán unas ocho horas hasta lograr desmontar y bajar al suelo desde una altura de 48 metros el tramo oeste del puente, un enorme bloque de más de 800 toneladas.
Aunque desde que ocurrió la tragedia el pasado 14 de agosto ya se han retirado materiales y restos con un peso total de 3.000 toneladas, es la primera vez que se va a desmontar un bloque gigante, de 36 metros de largo por 18 de ancho, del viaducto.
"Es un día simbólico porque por primera vez vemos una parte del puente en movimiento, que modifica el dramático horizonte que nos acompaña desde el 14 de agosto, pero el trabajo será complejo", afirmó el gobernador de Liguria, Giovanni Toti:
El alcalde de Génova y comisario para la reconstrucción, Marco Bucci, también incidió en esa idea: "Es un paso importante porque se va a echar abajo la primera gran pieza de puente. Pero hay que tener presente que es solo una parte del trabajo, porque ya se ha hecho mucho y todavía quedará mucho por hacer".
Por su parte, el ministro de Transporte, Danilo Toninelli, aseguró que "la de Génova es una herida abierta que difícilmente podrá cerrase por completo", pero añadió que hoy, finalmente, "se empieza a ver cómo se desmantela un puente que fue mal gestionado por quienes se aprovecharon económicamente y que en pocos meses se reconstruirá".
Será un consorcio formado por las empresas italianas Salini Impregilo, Fincantieri y Italferr el que reconstruirá el puente con el diseño del arquitecto Renzo Piano.
El nuevo puente costará 202 millones de euros y se prevé que las obras terminen a finales de este año, aunque será operativo y podrán circular los vehículos a principios de 2020, como señaló hoy Toninelli.
El proyecto de Piano contempla un puente con una cubierta de acero de 1.100 metros de longitud, con 19 pilares elípticos separados a una distancia de 50 metros. El propio arquitecto Renzo Piano será el supervisor técnico de la reconstrucción.
El Gobierno italiano culpó de inmediato tras la tragedia a la concesionaria italiana Autostrade per l'Italia, porque era la responsable de la gestión y mantenimiento del viaducto.
La Fiscalía de Génova abrió una investigación para tratar de esclarecer las razones del siniestro y actualmente están siendo investigadas decenas de personas, entre ellas varios directivos de Autostrade, filial de Atlantia.